domingo, 18 de julio de 2010

TOMA No. 8: Edgar Allan Poe en el cine


Ahí empecé. Luego de convertirme en seguidor de 24xSegundo y que el editor renunciara alegando querer buscar nuevos horizontes y demás basura me quedé sin revista de cine. CinePremiere, Cinemanía: ni pensarlo. Por ahí aparecieron un par de revistas más y nomás no. Un buen día me encuentro en Sanborns  con la revista TOMA. Como una especie de subrevista o agregado o lo que sea de la conocida revista de teatro Paso de Gato, aparece esta nueva revista mexicana de cine que al parecer se centra más bien en el cine nacional y el latinoamericano. Nada de Hollywood ni añadidos. Así que me la compro esperando que sea algo que esté a mi alcance. Efectivamente no es una Cahier du Cinema, una Dirigido Por o una Estudios Cinematográficos. Aunque un conocido estudioso de cine la tachó de insustancial yo me quedo con ella y la disfruto. También es cierto que de repente extraño algún comentario sobre ciertas producciones gringas. Como sea, quiero comentar un artículo del número 8 de la revista que no he logrado sacar de mi cabeza.

TOMA No. 8, Alberto Chimal, “Edgar Allan Poe en la sala oscura”, página 32. El artículo empieza hablando un poco de la estética de la obra de Poe, haciendo especial énfasis en que al escritor jamás se le habría ocurrido entregarse a recetas prefabricadas para lograr cuentos que sí se vendan. Todo lo contrario. Sin embargo, ésta no parece ser la manera en que se adapta al cine a Poe. Al menos no en general.

Alberto Chimal señala dos aspectos que han sido constantes en muchas adaptaciones de Poe a la pantalla grande: la leyenda negra de Poe, en la que el escritor saca sus historias de su locura real, y agregar violencia o elementos de terror a los textos originales. Ejemplos de lo anterior son la adaptación de El gato negro (The Black Cat, Estados Unidos-Canadá, 2007) del director Stuart Gordon, donde el mismo Allan Poe es el protagonista de la historia y la adaptación de Los crímenes de la calle Morgue (Murders in the Rue Morgue, Estados Unidos, 1932)  de Robert Florey, donde se agrega a la historia original a un científico que inyecta sangre de gorilas a adolescentes. De estas tendencias al adaptar a Poe, el autor concluye que si a un realizador no le resultan suficientes los textos mismos es porque "busca en ellos algo que no está ahí".

Por otro lado, Chimal menciona algunas adaptaciones que han logrado crear nuevas lecturas de la obra de Poe. Echando mano del lenguaje cinematográfico, algunos directores han sabido recrear atmósferas más o menos equivalentes a aquellas que Allan Poe propone en sus textos. Asimismo, a partir de una lectura inteligente de la obra de Poe, algunos directores han logrado mezclar textos y obtener nuevas versiones que a su vez han enriquecido al cine mismo. El autor del artículo destaca las adaptaciones de Roger Corman (The Masque of the Red Death, Reino Unido, 1964 y Tomb of Ligeia, Reino Unido, 1965) y de Jan Svankmajer (Sílení, República Checa-Eslovaquia-Japón, 2005 y Kyvadlo, jáma a nadeje, Checoslovaquia, 1983).
Bastante interesante el artículo. Ahora hay que intentar encontrar estas películas que según Alberto Chimal son verdaderamente notables. Labor difícil, creo yo. Se queda de tarea.

Zapata

Un breve comentario. Hace algunas semanas terminé la lectura de la novela histórica Zapata de Pedro Ángel Palou. No me gustó. Simplemente nunca me atrapó y eso que la empecé a leer estando aún en La primavera y muy sensible respecto a aquella ciudad porque estaba a punto de dejarla. Y aunque el corazón me daba un brinco cada vez que leía Cuernavaca, Tepoztlán, Yautepec o Cuautla, la novela nomás no me gustó. Ni hablar. Al menos me enteré un poco más de la historia de este notable personaje.

martes, 13 de julio de 2010

Eduardo Galeano: El reino mágico del futbol

Se acabó el mundial. Hasta hace algunos años ésto no me habría importado demasiado, pero ahora confieso que tuve algunas sensaciones que se acercaban a eso que se siente cuando uno sabe que algo entrañable terminó. Y en esas ando: recordando los goles, buscando en los periódicos cómo celebraron los campeones o escribiéndole a los españoles que conozco para felicitarlos. Y en una de esas me encuentro con el artículo de Eduardo Galeano publicado hoy en La Jornada titulado "El reino mágico del futbol". Fantástico. Lo dejo aquí para leerlo y releerlo cuando sea necesario.

domingo, 4 de julio de 2010

Avanzar a semifinales manchados de vergüenza

Por el avance a semifinales: Uruguay – Ghana. Acá en La frontera hemos dejado de tener canales gringos en la televisión pública (a menos que compres el aparato necesario o tengas una televisión de plasma) por lo que sólo pude oir la tanda de penales por radio. Y así, avanza Uruguay. Unas horas después me entero por mi hermana que Ghana pudo haber ganado el partido de no haber fallado un último penal. Eso me dolió un poco. Un rato más tarde me entero del motivo del mentado penal.

Lamentable...

Después de jugar todos los juegos anteriores con pasión, con furia, con honestidad deportiva, Luis Suarez, delantero uruguayo, impide que, hacia el final del partido, Ghana haga el gol de la diferencia y avance a semifinales. ¿Y qué hay de lamentable en eso? Bueno, sólo se creyó portero por unos instantes y metió las manos deliberadamente en la línea de la portería cuando un remate de cabeza de un ghanés iba hacia adentro. Con eso, de una manera que me parece muy poco profesional, logró evitar que Uruguay quedara eliminado del mundial. Naturalmente se va expulsado del juego. Desafortunadamente, el penal correspondiente no se realiza con éxito... Y viene algo que me parece más lamentable aún: Antes de entrar a los vestidores, el delantero uruguayo alcanza a ver cómo el ghanés falla el penal y lo celebra. ¡Cínico, incluso lo celebra!

Su pase a semifinales va manchado de vergüenza.

Mis mejores deseos para el equipo de Uruguay: Ojalá que Holanda los golée. 

Por lo demás, he estado disfrutando con ganas este mundial (un saludo a mis compitas de La primavera). Desde la última Eurocopa me inclino por España. Aunque la cosa contra Alemania se ve difícil... Ya veremos.