sábado, 25 de febrero de 2012

Un tren nos llevó a España

Junio 2011

Tal vez la única ventaja de que mi estimado director de tesis se la pase viajando es que cuando anda cerca de Tu Lus tengo que aprovechar para ir a verlo. En aquel junio de 2011, el Gigante Bailarín andaba en Valladolid y quedamos de vernos allá. Aquel verano tuve director algo así como diez días y creo que lo aproveché bastante bien. Le presenté lo que había hecho y me pidió que intentara algo más. El resto del verano estuve encerrado en mi oficina en el IMT (Institut de Mathématiques de Toulouse, ¡casi casi el MIT!) tratando de resolver lo que me pidió y puedo decir que lo logré hasta cierto punto (cuenta mucho que en aquellos días todo mundo andaba de vacaciones así que había un silencio absoluto en el instituto). Si todo sale bien el trabajo de aquel verano podría convertirse en mi primer artículo... ¡Pero esa es otra historia! 

El asunto es que ya que andaba por España, la princesa Malèna me alcanzó al final de la estancia en Valladolid y naturalmente nos dimos unos días para visitar algunas ciudades españoletas. 

 Osito cariñosito

¡Pinches españoles son super pinche mega buen pedo! El agobiante problema del idioma de repente desapareció y todo se vuelve muchísimo más fácil. Ya desde Valladolid la banda me trató chingón: largas noches de ji-ji-ji, abundante alcohol, deliciosas drogas, verdaderos slams en ruidosos conciertos. Después de aquello, ya con mi esposita, empezamos el recorrido. 

 Un turista, dos turistas, tres turistas

Las calles de Madrid, Toledo, Granada y Málaga nos recibieron con singular alegría. Los días se fueron entre museos, largas y arbitrarias caminatas por las calles de cada ciudad, visitas a monumentos arquitectónicos impresionantes (castillos, iglesias y, naturalmente, la Alhambra). 

 Su morral entrando a Toledo

Un detalle en la Alhambra

Ella y El despidiéndose de la Alhambra (¡pecadores expulsados del Paraíso!)

Y como hacía mucho calor, cada actividad era precedida por una escala en algún bar para refrescarse con una helada cerveza española acompañada de una deliciosa tapa. Hay que decir que sin tener la poesía de la cerveza belga, la cerveza española tiene la maravillosa propiedad de ser generosa y absolutamente refrescante en un medio terriblemente cálido y eso siempre se agradece. Que digo agradecer, ¡aquello es una bendición!

Cerveza y tapas I

Cerveza y tapas II

Cerveza y tapas III

Ahí nos tienen. Juntos recorriendo una parte del mundo.

martes, 14 de febrero de 2012

I will always love her

¡Ay de mi, ay de mi, ay de mi! ¡Que se me ha muerto la Houston! Ah, cuántas lágrimas derramé viendo cómo su guapo guardaespaldas se interponía entre ella y la bala destinada a acabar con su vida.
El guapo guardaespaldas se jubiló.

Ella se despidió.