viernes, 26 de julio de 2013

Canal du Midi: Tu Lus - Agde

Alguien me dijo un día que se puede llegar en bicicleta hasta el mar Mediterráneo desde Tu Lus, siguiendo el Canal du Midi

En efecto, se puede. 241 kilómetros de canal conectan Toulouse con Sète:


El plan: un día completo para llegar, un día en el mar y otro día para volver. ¿Será? Tuve que averiguarlo. Ajusté los frenos, limpié los discos para las velocidades, lubriqué la cadena, compré llantas nuevas, cambié el asiento y me lancé a la aventura.


Viernes 19 de julio, 4:10 a.m.: Salida de mi cálido hogar.


4:24 a.m.: Tu Lus quedó atrás.

5:05 a.m.: Abandono la oscura carretera para entrar al canal, que está más oscuro aún.

5:57 a.m.: Empieza a salir el sol. La vida es bella y el canal también.

7:32 a.m.: Castelnaudary. Pausa de veinte minutos y un plátano.


10:19 a.m.: Carcassonne. Primeros 100 kilómetros.

11:23 a.m.: Trèbes. Pausa para comerme una rica pasta completa con pan completo y algo de atún.

12:20 p.m.: Retomo lleno de energía. Me siento inspirado y acelero. Faltan entre 100 y 120 kilómetros para llegar.

3:20 p.m. No sé dónde estoy ni cuánto me falta. Me duelen las rodillas, la espalda, el cuello, la cola y no siento mis manos. Creo que estoy alucinando: acabo de pasar por un lugar que se llama Jouarres (ou en francés se pronuncia u, es decir, ¡Juarres!).


5:30 p.m.: Capestang. ¡Al fin sé dónde estoy! ¡Todavía falta un buen rato y ya me está cargando la chingada!

7:00 p.m. Bèzier. ¡Al fin! Después de 15 horas de bicicleta y 220 kilómetros de camino he llegado a la primera escala de mi viaje.

7:35 p.m.: Después de una subida endiablada llego a mi hotel. Me compro una pizza por ahí cerca, vuelvo a mi habitación, ceno, veo tele, leo y a dormir.


A la mañana siguiente...

6:36 a.m.: Bèzier. Estoy un poco adolorido. Empiezo tranquilo y relajado.

8:52 a.m.: L'Hérault. El segundo punto importante del viaje. El Canal du midi no termina aquí pero hasta aquí llegue. Ahora, ¡al mar!

9:44 a.m: El mar... ¡A güevo cabrones!


Me estaciono, me pongo crema, leo un poco, como sopa de pescado y paso el resto del día nadando y viendo francesas en bikini. A las 6:10 p.m. regreso a Bèzier.


Domingo 21 de julio, 5:30 a.m.: Bèzier. De vuelta a casa.

8:57 p.m.: Hogar, dulce hogar. Mis manos tiemblan mientras escribo la hora a la que llegué.

sábado, 13 de julio de 2013

La corrida pedestre de Toulouse 2013


Viernes 5 de julio de 2013. 

21 horas.

El centro de Tu Lus.

Mucho calor.

10 kilómetros.

39 minutos y 57 segundos.



Una barrera ha sido franqueada.


sábado, 6 de julio de 2013

Henri de Toulouse-Lautrec

No, Henri de Toulouse-Lautrec no nació en Toulouse.

Henri nació en Albi, aquí, cerquita de Tu Lus. Nació y no creció. Chiquito como era, fue grande. 37 años de vida que empezaron rodeados de la alta burguesía francesa del sur, que recorrieron los bajos mundos de París, que conocieron la gloria y el alcoholismo y la enfermedad, y que terminaron ahí donde empezaron. A su pesar, tal vez. Yo creo que le habría gustado mucho más morir entre las frondosas piernas de alguna de sus adoradas prostitutas pelirojas.

Toulouse-Lautrec no se retrata a sí mismo: está muy feo. Tal vez eso es lo que creen que creía. Pero, en efecto, hay un solo autoretrato e incluso en éste su rostro aparece entre sombras. Al principio pintaba caballos y recurrentemente a su madre: leyendo, tocando el piano, esperando, tomando el té. Después se lanzó a París para aprender las técnicas del momento. Hizo la tarea pero la escuela no estaba hecha para él. Lautrec hizo su propia escuela. Se escuchó y se hizo caso. Que la academia pinte mitos griegos, él prefiere a las prostitutas de Montmartre. Y de un cabaret al otro, aparece la litografía y la publicidad. Y la fama absoluta. Y la Goulou y Jane Avril e Yvette Gilbert y May Milton y May Belforth. Y sus adoradas prostitutas, una y otra vez.


Lautrec no podía vivir mucho tiempo. Frágil desde el principio, estaba condenado a partir pronto. Menos mal, el mundo no estaba listo.