viernes, 12 de agosto de 2011

Un tren nos llevó a Albi

30 de abril de 2011.

Empezamos el recorrido de los alrededores de Tu Lus por Albi, pueblo natal del gran Henri Toulouse-Lautrec (¡exacto, Toulouse-Lautrec no es de Tu Lus!). Después de poco menos de una hora de tren, llegamos a este pequeño pueblo francés que hospeda una ciudad episcopal recientemente nombrada Patrimonio de la Humanidad (2010). Los albigenses presumen tener la catedral hecha de ladrillos más grande del mundo (váyanse ustedes a saber).

La catedral de ladrillos más grande del mundo, ¿te cae?

En Albi hay algunas curiosidades pero es la catedral la que vende los boletos. La catedral y probablemente el Museo de Toulouse-Lautrec. Dicho museo alberga una buena cantidad de la obra del pintor, desde sus primeros años hasta sus carteles de cabarets (el del Moulin Rouge sería el ejemplo más notable). 

Le Musée Toulouse-Lautrec

Después (o antes, como se prefiera) de visitar lo que hay que visitar, uno (o dos o tres o cuatro) se puede sentar a la orilla del río Tarn a hacer un romántico picnic.

Una Coca, unas fresas, unas Lays, el río Tarn.

Antes de irse hay que atravesar también el Pont Vieux (o sea, puente viejo) que fue construido en 1035. ¡Cámaras! Un puentecillo de casi 1000 años...

Ladrillos de hace casi 1000 años.

Así que para aquellos amantes de Toulouse-Lautrec, la arquitectura gótica y los puentes viejos, así como lindos paseos por minúsculas calles y casitas de encantadora decoración, Albi es una buena opción.

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