sábado, 26 de marzo de 2011

Tortillas de harina

La princesa Malèna tiene tres meses aquí y ya tiene más amigas que yo: uno de sus muchos talentos. Resulta que una de las amigas en cuestión tiene la prodigiosa habilidad de hacer tortillas de harina. Así que un buen día, después de una larga jornada matemática, llego agotado a mi cálido hogar y me encuentro sobre la mesa que comparto con mi amada esposa un paquete con una cantidad no despreciable de tortillas de harina. ¡¿Que qué?! ¡¿Tortillas de harina de verdad?! No me lo creía. Pero aún faltaba calentarlas en un comal o algo similar. Así que pusimos unas cuantas a calentar y vimos como poco a poco empezaban a tomar el color, la forma y la textura de unas auténticas tortillas de harina. Pero lo mejor estaba por venir... 

Tomo la pequeña tortilla, aún caliente. Me quema un poco, como sólo queman las tortillas calientes. Y sin embargo no la suelto, la llevo de una mano a otra como sólo se hace con las tortillas calientes. El olor que despide es inconfundible. Va la primera mordida. El sabor está ahí, el sabor de una verdadera tortilla como las que hacen nuestras madres y abuelas. La mastico despacito, aferrándome a ese sabor tan particular de una tortilla recién hecha. Otra mordida, voy a llorar. Siento una inmensa alegria y una enorme sonrisa se dibuja en mi cara. Unas mordidas más y la tortilla se acaba.

Después nos sentamos a cenar unos ricos huevos con chorizo acompañados de aquellas deliciosas tortillas: un poco de nuestro querido país en nuestra mesa.

jueves, 17 de marzo de 2011

Le Film du Jeudi: After Hours


After Hours
(Dir. Martin Scorsese, EUA, 1985)