lunes, 28 de diciembre de 2009

El negocio del agua embotellada: El robo en el precio

¿Cuánto cuesta un litro de agua de la llave en México? El precio varía según la ciudad. En un artículo de El Universal se afirma que el metro cúbico de agua cuesta 8 pesos 55 centavos en La Paz, 6.36 pesos en Aguascalientes, 4.37 pesos en Chihuahua y así hasta llegar al precio más bajo: 78 centavos en Tabasco. Un metro cúbico tiene 1000 litros. Entonces un litro de agua de la llave cuesta entre 0.00855 y 0.00078 pesos.

Por otro lado, ¿cuánto cuesta un litro de agua purificada? Nuevamente el precio varía según la marca o dónde se compre y oscila entre 6 y 13 pesos o incluso más. Comparando el agua de la llave más cara con el agua embotellada más barata tenemos que la segunda cuesta 700 veces más cara que la primera. Comparando ahora el agua del grifo más barata con el agua purificada más cara el precio aumenta 16 667 veces. Impresionante, ¿no?

¿Y cuánto pagan las grandes compañías por el agua que extraen? En su libro, Tony Clarke, basándose en algunos estudios, afirma que las cuatro "grandes" pagan muy poco o nada. Por ejemplo, en los municipios de Twinsburg, Ohio; Marietta, Georgia; Knoxville, Tennessee; Coke y Pepsi pagan 0.33, 0.002 y 0.058 dólares por galón de agua respectivamente, mientras que el mismo galón es vendido al público en 4.30 dólares. Por otro lado, según el ensayo de Gonzalo Flores y Octavio Rosas incluido en el libro, en 2003 la embotelladora de FEMSA en San Cristóbal de las Casas pagó a la Comisión Nacional de Agua 320 000 pesos, que es el equivalente al 0.072% de los ingresos de las ventas anuales de Coca-Cola FEMSA en San Cristóbal. Un ejemplo más sucedió en Tlaxcala, donde el edil de cierto municipio declaró: "Las ganancias que le deja a FEMSA la explotación de los mantos acuíferos de San Luis Apizaquito son millonarias (del orden de 3.5 millones de pesos diarios) y no se reflejan en el municipio, la única aportación que recibimos es de 10 mil pesos al año por el pago de su licencia de funcionamiento".

Pese a esto, las ganancias que genera el agua embotellada va en aumento. Cada vez más y más gente bebe exclusivamente agua purificada. ¿Cómo explicar este fenómeno aparentemente contradictorio? Probablemente la industria, a través de intensas campañas publicitarias, nos está convenciendo de que el agua embotellada es más saludable que el agua del grifo. ¿Qué tanta verdad hay en esta afirmación? Como se vió antes, esto no es necesariamente cierto.

El negocio del agua embotellada: La "purificación" del agua

Una pregunta esencial: ¿El agua embotellada es realmente agua purificada? Según nuestro autor, no. O en todo caso, no siempre. Antes de entrar en la discusión el autor menciona algunas técnicas básicas de tratamiento del agua:
  • Microfiltración. Consiste en separar sólidos en un líquido por medio de una membrana porosa. Este proceso se utiliza para eliminar bacterias o minerales y prepara el agua para procesos de filtrado más finos.
  • Ósmosis inversa. Consiste en forzar el paso del agua a través de una membrana capaz de bloquear el 90% de sus componentes. O sea, algo así como filtrar el agua pero con un filtro muy fino. Este proceso retiene más sólidos que la microfiltración.
  • Destilación. Consiste en hervir el agua y juntar el vapor condensado. Esta técnica remueve minerales, materia inorgánica no metálica, metales y más.
  • Luz ultravioleta. Consiste en pasar el agua por un haz intenso de luz lo que destruye el RNA y DNA de las bacterias, lo que termina por desinfectar el agua. Según algunos estudios, la luz ultravioleta no elimina a la Giardia ni a la Criptosporodia que provocan enfermedades como diarrea o anorexia. Tampoco elimina sustancias químicas, plomo ni asbestos.
  • Ozono. Se utiliza para mantener la frescura del agua embotellada y para asegurarse de que el agua dentro de la botella permanezca libre de bacterias. Ayuda a eliminar bacterias, virus y parásitos como la Giardia y la Criptosporodia.
Según el autor, para la producción de Dasani, la principal marca de Coca-Cola en Estados Unidos, el agua del grifo es filtrada tres veces, se aplica ósmosis inversa, se le adicionan minerales y finalmente se agrega ozono. Para producir Aquafina, marca de Pepsi, el agua se prefiltra, luego pasa por un filtrado fino, luego ósmosis inversa, nuevos filtros y finalmente se inyecta ozono. Hasta aquí, pareciera que todo va bien.

Basándose en anuncios oficiales de Coca-Cola el autor afirma que, el 19 de marzo de 2004, Coca-Cola anunció que retiraría cerca de 500 mil botellas de Dasani en Inglaterra debido a contaminación por bromato. El bromato es un derivado del ozono que se encuentra en aguas que contienen bromuro orgánico. El tratamiento por ozono facilita la conversión del bromuro en bromato que, si se ingiere en cantidades significativas puede tener consecuencias fatales. En esta sección del libro, analizando los procesos de purificación del agua del grifo en Estados Unidos y Canadá, basándose en estudios que encontraron arsénico, mercurio, plomo o contaminación bacteriana en marcas como Aquafina, Dasani, Crystal Springs y Poland Spring alrededor del mundo, poniendo en entredicho la regulación sanitaria por la que deben pasar las empresas de purificación de agua, el autor muestra que no es necesariamente cierto que el agua embotellada sea de más pura, más segura o más saludable que la del grifo. O sea que, en ocasiones o por regiones, más que purificada lo que nos venden es agua purificagada.

No hay que olvidar que el estudio fue hecho en Estados Unidos y Canadá. Probablemente en algunas regiones de México el agua del grifo no es saludable. Por mi parte, he bebido en La frontera agua de la llave toda mi vida y salvo algunas intensas vociferaciones de mi ano de vez en cuando, mi sistema digestivo y el de mi familia funcionan más o menos bien.

El agua es un derecho al que todos deberíamos tener acceso y que el gobierno debería proveer. Y hablo de agua que se pueda beber sin correr el riesgo de que nos dé diarrea. No sería muy sorprendente descubrir que tras sobornos o algo parecido, nuestros dirigentes han decidido olvidar su obligación de proveer agua saludable y dejarles el encargo a las grandes empresas del agua embotellada quienes gustosas lo harán pero, eso sí, a cambio de cuotas que llegan a ser inmorales.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

El negocio del agua embotellada: La extracción del agua

¿Cuál es el proceso por el que pasa el agua desde que se extrae de manantiales, fuentes subterráneas o directamente de la llave, hasta que es embotellada y puesta a la venta?

Empecemos con la extracción del agua. Ésta se obtiene principalmente de manantiales, ríos y glaciares o directamente de los sistemas municipales. Según el autor, las empresas no están obligadas a informar sobre sus fuentes por lo que los consumidores pueden ser engañados. Por ejemplo, la marca Poland Spring de Nestlé no es, como presenta su etiqueta, agua de manantial sino que se obtiene de pozos de las embotelladoras de Nestlé o es simplemente agua del grifo reprocesada y destilada.



Y por supuesto, no es el único ejemplo. Las marcas Alaska Premium Glacier o Aquafina muestran en sus etiquetas glaciares o cumbres montañosas nevadas mientras que el agua se obtiene de sistemas municipales. Este engaño a generado movimientos civiles en Canadá o Estados Unidos que exponen estas irregularidades.

Otro problema expuesto en el libro de Tony Clarke es la amenaza ambiental que suponen las enormes extracciones de agua de fuentes superficiales o subterráneas. Según el autor, las cuatro "grandes" han sabido sortear las leyes que regulan el agua y su manejo. De esta manera, la industria ha obtenido concesiones para extraer cantidades monumentales de agua. En ocasiones, esto ha llevado a secar acuíferos vecinos al lugar de extracción sin ninguna consecuencia legal para la empresa. El autor pone como ejemplo un caso en el condado de Henderson, Texas, donde una empresa propiedad de Nestlé bombeó grandes cantidades de agua. Cuatro días después de iniciado el bombeo, el pozo de un propietario local se secó. Cuando se presentó la demanda, el tribunal respetó la "regla de captura" y concluyó que Nestlé no era responsable. Esta "regla de captura", también conocida como la "ley de la bomba más grande" indica que el agua subterránea forma parte de la propiedad privada del propietario de la tierra sobre ella y éste tiene derecho a capturar el agua subterránea más allá de los límites de su propia tierra.

Por otro lado, más adelante veremos que las empresas pagan muy poco o nada por el agua que extraen. Así, obtienen millonarios ingresos que no se ven reflejados en los pueblos o ciudades de donde es extraída el agua. De esta manera son expuestas algunas serias irregularidades del negocio del agua embotellada. Incluso desde el primer paso para llegar al producto final, el negocio muestra abusos y amenazas al medio ambiente.

martes, 22 de diciembre de 2009

El negocio del agua embotellada



¿Qué viene a nuestra cabeza cuando pensamos en agua embotellada? ¿Imágenes de una vida saludable? ¿Un vaso con aceite que es expulsado por el agua entrando al vaso? ¿Un paradisiaco manantial? ¿Jovenes sonrientes haciendo deporte? ¿Leyendas como El agua ligera?

En general, el agua embotellada es asociada con salud y belleza. Incluso empieza a ser una manera de mostrar un estatus social. Pero, ¿qué hay detrás del millonario negocio del agua embotellada? En el libro Inside the Bottle: Exposing the Bottled Water Industry de Tony Clarke, publicado en México bajo el título Embotellados. El turbio negocio del agua embotellada y la lucha por la defensa del agua, el autor muestra una faceta poco conocida del gran negocio en que se ha convertido el agua embotellada. Tony Clarke es fundador y director ejecutivo del Instituto Polaris en Canadá y autor de varios libros relacionados con la defensa del agua. Según el autor, el libro fue escrito para fomentar la discusión sobre los problemas que genera la industria del agua embotellada en México, Estados Unidos y Canadá aunque el estudio se enfoca más bien en Estados Unidos y Canadá. En el libro se abordan principalmente los siguientes puntos:
  1. Robo en el precio. Según el estudio, el agua embotellada es entre 240 y 10 000 veces más cara que el agua entubada.
  2. Origen y saqueo del agua. En ocasiones, la publicidad del agua embotellada sugiere que el agua se obtuvo de manantiales o fuentes subterráneas cuando en realidad se obtiene directamente del grifo. Además, la cantidad extraída por las grandes empresas se puede convertir en una amenaza ambiental.
  3. La transformación del agua. ¿Por cuáles procesos pasa el agua antes de ser embotellada? Al final, el agua es transformada en agua.
  4. La contaminación del agua. El autor menciona algunos estudios que demuestran que con frecuencia el agua embotellada es menos segura que el agua del grifo. Aquí hay que recordar que el estudio fue hecho en Estados Unidos y Canadá. En este punto la situación en México es probablemente la opuesta.
  5. Tácticas de mercadeo. La publicidad de este producto puede reducirse en: "Toma agua embotellada o muere".
  6. Contaminación. ¿A dónde van a parar los millones de envases de plástico que la industria utiliza? 
  7. El historial del reciclaje. La industria simplemente se opone al reciclaje.
  8. La manipulación de los consumidores. Según el autor, hace diez años la mayoría de la población en Estados Unidos y Canadá tomaba agua del grifo. Ahora, casi una quinta parte toma exclusivamente agua embotellada.
  9. Los contratos escolares. Algunas escuelas y universidades firman contratos de exclusividad con las grandes empresas. De esta manera la industria se asegura de tener consumidores en el futuro.
  10. La privatización del agua. Al disminuir la confianza en el agua entubada, el suministro de ésta puede terminar privatizándose lo que derivará en precios muy altos por el servicio.
Más adelante, abundaré sobre algunos de los puntos mencionados siguiendo los datos que el libro aporta. Aunque el estudio fue hecho en Estados Unidos y Canadá, sí logra reflejar la situación global de la industria del agua embotellada. Hay que agregar que el autor aborda el problema siguiendo los pasos de las cuatro grandes empresas del agua embotellada: Nestlé, The Coca-Company, PepsiCo y Danone.

En la edición mexicana, se incluye también un ensayo titulado Coca-Cola Femsa contra México y América Latina de Gonzalo Flores y Octavio Rosas, miembros del Centro de Análisis Social, Información y Formación Popular. También intentaré dar un comentario sobre esto.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Próximamente

Mientras disfruto de mis vacaciones en mi querida ciudad, me preparo para finalmente escribir algo sobre algunas ideas que han rondado mi cabeza últimamente.

Primero, estoy por concluir la lectura de Embotellados. El turbio negocio del agua embotellada, de Tony Clark. Como el título sugiere, es un estudio sobre el negocio del agua embotellada y sus implicaciones para el medio ambiente, entre otras cosas.

Segundo, estoy por revisar el documental de la BBC titulado The Great Global Warming Swindle, que es algo así como La gran estafa del calentamiento global. ¿Existe? ¿Es un mito? ¿Una mentira más? Todo esto y más en las próximas ediciones de este blog.

Invisibles lectores, ¡no se lo pierdan!

jueves, 3 de diciembre de 2009

Ya estuvo

Intentaré ser breve. Después de subidas y bajadas, la maestría se terminó. Finalmente hoy me notificaron que mi tesina fue aprobada y con eso me convierto en un maestro en ciencias. Así, sin más. Ya está y siguiendo el cliché más obvio, ahora mismo estoy un poco borracho celebrando. Algo triste por celebrar solo. Pero no me preocupa demasiado. Mis amigos existen y ahora mismo están en algún lugar. Por otro lado, de esta manera rindo homenaje a mis siempre fallidos intentos de organizar cualquier tipo de reunión.

Patético e invisible lector: ¡salud!

domingo, 29 de noviembre de 2009

10 kilómetros

Mientras escucho el Beatles for Sale al tiempo que me termino una botella de vino tinto que mi compañera Ensalada me regalo en mi cumpleaños, dejo mis actividades para escribir sobre mis más recientes logros deportivos.

Desde hace años la bicicleta y las carreras de 10 kilómetros (y últimamente el futbol) han sido los deportes que practico con cierta regularidad. La bicicleta tiene su historia tanto como el futbol. Pero ahora quiero escribir sobre las últimas dos carreras de 10 kilómetros en las que participé.

Todo empezó con la Carrera de la Amistad en La Frontera. Hace ya varios años de la primera vez que participé. Entonces, siendo un corredor con juventud más que preparación física, terminé en 42 minutos. No he logrado batir mi propio record. He corrido otras 3 carreras y nomás no bajo de 45 minutos. Este año corrí en Yaute y en El Chilango. La de Yaute estuvo muy bien. No sólo corrí muy bien sino que al final, las señoras de la colonia que organiza la carrera en Yautepec nos deleitaron con una comida que incluía chicharrón, frijoles, mole, arroz y más. El buen y lesionado Papasquiaro me acompañó en aquella ocasión.


La ya citada compañera Ensalada me había hablado del Pumathón: 10 kilómetros dentro del circuito universitario en CU que concluían con una vuelta en el Estadio Olímpico de la UNAM (¡mi escuelita!). Además es una carrera exclusiva para gente de la UNAM: estudiantes, prepas incorporadas, trabajadores, maestros. Así que nos aplicamos. Yo estuve entrenando en el Estadio Milenario y antes de la carrera debo decir que logré estar en mi mejor momento. Desafortunadamente, ya en la carrera empecé muy atrás y perdí mucho tiempo rebasando gente así que no logré mejorar mi tiempo. Por otro lado, siempre había corrido en circuitos planos y el del Pumathón incluía subidas y bajadas (¡ah, infernal subida la del km. 8!). Pero aun así terminé y muy bien.


Domingo 22 de noviembre: siete mil universitarios disfrutando de una fresca mañana recorriendo CU (por cierto, ahí y por primera vez canté el "Goooya, Goooya, Cachún Cachún Ra Ra, Cachún Cachún Ra Ra, ¡UNIVERSIDAD!"). Entre estos siete mil, mis amigos: el Piggy Boy, Smith y el Terrorista Marroquí.


Después de aquello, Tres Marías nos recibió con una deliciosa birria, una Negra Modelo y unas quesadillas. Una extraordinaria jornada.

martes, 24 de noviembre de 2009

Martes 24 de noviembre

¡Qué bien sabe una cerveza León un martes 24 de noviembre a las 11 de la noche en La primavera!

¡Salud!

miércoles, 28 de octubre de 2009

Les fleurs du mal.

Parte del encanto de aprender un nuevo idioma es sin duda la posibilidad de leer (o al menos intentarlo) aquellos cuentos, novelas, canciones o poemas leídos previamente pero ahora en su idioma original. Sí, con todo lo mamón que esto resulta. Así, quiero leer el poema Au Lecteur (Al Lector) de Charles Baudelaire. Espero que el texto que reciclé de la red y que enseguida reproduzco sea el original. Después viene una traducción de... no tengo idea.


Au lecteur

La sottise, l'erreur, le péché, la lésine,
occupent nos esprits et travaillent nos corps,
et nous alimentons nos aimables remords,
comme les mendiants nourrissent leur vermine.

Nos péchés sont têtus, nos repentirs sont lâches;
nous nous faisons payer grassement nos aveux,
et nous rentrons gaiement dans le chemin bourbeux,
croyant par de vils pleurs laver toutes nos taches.

Sur l'oreiller du mal c'est Satan Trismégiste
qui berce longuement notre esprit enchanté,
et le riche métal de notre volonté
est tout vaporisé par ce savant chimiste.

C'est le Diable qui tient les fils qui nous remuent!
Aux objets répugnants nous trouvons des appas;
chaque jour vers l'Enfer nous descendons d'un pas,
sans horreur, à travers des ténèbres qui puent.

Ainsi qu'un débauché pauvre qui baise et mange
le sein martyrisé d'une antique catin,
nous volons au passage un plaisir clandestin
que nous pressons bien fort comme une vieille orange.

Serré, fourmillant, comme un million d'helminthes,
dans nos cerveaux ribote un peuple de Démons,
et, quand nous respirons, la Mort dans nos poumons,
descend, fleuve invisible, avec de sourdes plaintes.

Si le viol, le poison, le poignard, l'incendie,
n'ont pas encore brodé de leurs plaisants dessins
le canevas banal de nos piteux destins
c'est que notre âme, hélas! n'est pas assez hardie.

Mais parmi les chacals, les panthères, les lices,
les singes, les scorpions, les vautours, les serpents,
les monstres glapissants, hurlants, grognants, rampants,
dans la ménagerie infâme de nos vices,

Il en est un plus laid, plus méchant, plus immonde!
Quoi qu'il ne pousse ni grands gestes ni grands cris,
il ferait volontiers de la terre un débris
et dans un bâillement avalerait le monde;

C'est l'Ennui!- l'œil chargé d'un pleur involontaire,
il rêve d'échafauds en fumant son houka.
Tu le connais, lecteur, ce monstre délicat,
- Hypocrite lecteur, - mon semblable, - mon frère!


Al lector

La necedad, el error, el pecado, la tacañería,
ocupan nuestros espíritus y trabajan nuestros cuerpos,
y alimentamos nuestros amables remordimientos,
como los mendigos nutren su miseria.

Nuestros pecados son testarudos, nuestros arrepentimientos cobardes;
nos hacemos pagar largamente nuestras confesiones,
y entramos alegremente en el camino cenagoso,
creyendo con viles lágrimas lavar todas nuestras manchas.

Sobre la almohada del mal está Satán Trismegisto
que mece largamente nuestro espíritu encantado,
y el rico metal de nuestra voluntad
está todo vaporizado por este sabio químico.

¡Es el Diablo quien empuña los hilos que nos mueven!
A los objetos repugnantes les encontramos atractivos;
cada día hacia el Infierno descendemos un paso,
sin horror, a través de las tinieblas que hieden.

Cual un libertino pobre que besa y muerde
el seno martirizado de una vieja ramera,
robamos, al pasar, un placer clandestino
que exprimimos bien fuerte cual vieja naranja.

Oprimido, hormigueante, como un millón de helmintos,
en nuestros cerebros bulle un pueblo de Demonios,
y, cuando respiramos, la Muerte a los pulmones
desciende, río invisible, con sordas quejas.

Si la violación, el veneno, el puñal, el incendio,
todavía no han bordado con sus placenteros diseños
el canevás banal de nuestros tristes destinos,
es porque nuestra alma, ¡ah! no es bastante osada.

Pero, entre los chacales, las panteras, los podencos,
los simios, los escorpiones, los gavilanes, las sierpes,
los monstruos chillones, aullantes, gruñones, rampantes
en la jaula infame de nuestros vicios,

¡Hay uno más feo, más malo, más inmundo!
Si bien no produce grandes gestos, ni grandes gritos,
haría complacido de la tierra un despojo
y en un bostezo tragaríase el mundo:

¡Es el Tedio! — los ojos preñados de involuntario llanto,
sueña con patíbulos mientras fuma su pipa.
Tú conoces, lector, este monstruo delicado,
—Hipócrita lector, —mi semejante, — ¡mi hermano!

lunes, 19 de octubre de 2009

Jennifer Connelly

¿Qué es lo que la hace tan sexy: sus labios, el cabello ondulado que cae sobre su rostro, lo que se alcanza a adivinar en esa blusa escotada, el hombro descubierto, la boca entreabierta, su mirada diciendo "¿quieres?", el lunar cerca de los labios, los ojos delineados, la respiración sostenida, el blanco y negro? Un buen día de ocio estaba buscando fotos de chicas sexys (probablemente pornografía) y me encontré esta foto de Jennifer Connelly. Desde entonces no me canso de mirarla. Un verdadero deleite.


Creo que me enteré de la existencia de esta preciosura por la espeluznante Requiem for a dream (Dir. Darren Aronofsky, EUA, 2000). Ahí no es sólo una chica guapa, también es una buena actriz. Pero creo que sólo en esa peli. En general, es más bonita que talentosa. Ni modo, así pasa. También hay que recordar su participación en la fantástica Labyrinth (Dir. Jim Henson, 1986) al lado del maestro David Bowie. Aunque no las he visto, parece que también participó en una peli del legendario Sergio Leone, Once upon a time in America (1984) y con el famoso director de cine de terror Darío Argento en Phenomena (1985).

¡Ah, bendito internet, cuánta información!

sábado, 17 de octubre de 2009

¡Vacaciones! (digo, ¡Congreso!)


De vuelta a casa después de una semanita en Zacatecas, visita con motivo del no sé cuál Congreso de la Sociedad Matemática Mexicana. Últimamente ando más tranquis así que me lancé muy emocionado al congreso y lo disfruté bastante.

Solicité dos pláticas y me las concedieron. Así que hablé en la sesión de álgebra y en la de geometría. Y es que en la tesina estudié material de ambas áreas. En geometría hablé de gérmenes de espacios analíticos, del teorema de existencia de la normalización de estos espacios, algunos resultados relacionados como el hecho de que la normalización de una curva es siempre no singular, situación que no ocurre en dimensiones mayores. Por ejemplo, cualquier hipersuperficie en el espacio complejo de tres dimensiones con singularidad aislada es normal (esto es consecuencia de la equivalencia entre normalidad y espacios Cohen-Macaulay con singularidad aislada), luego ella misma es su normalización. Para concluir, hablé del problema de resolución de singularidades usando la modificación de Nash. Originalmente este era el tema de mi tesis pero la verdad es que no le hicimos ni cosquillas al problema. En la sesión de álgebra platiqué el resultado algebraico que permite ver a la normalización de una álgebra analítica como módulo finitamente generado sobre dicha álgebra y del resultado que expresa a la normalización como suma directa finita de álgebras analíticas.


Disfruté más la sesión de geometría. Fue en el primer día de pláticas, había bastante gente y algunos especialistas del área. Creo que salió bien. Además la geometría permite hacer dibujitos, hablar de espacios y esto siempre es más accesible en un primer encuentro con el tema. Por otro lado, la sesión de álgebra no estuvo tan bien como lo esperaba. Estaba muy emocionado de poder hablar en dicha sesión y es que el álgebra para mi es una de las razones esenciales por las que hago matemáticas y por las que me vine a La primavera. El salón de la sesión era muy alto lo que no beneficiaba para nada la acústica. Sólo tenían un par de pequeños pizarrones que los de atrás nomás no veían. Creo que también tuvo que ver que no entró gente interesada en el tema (hacia el final veía la cara de mis acongojados asistentes pidiendo que la tortura terminara). Tampoco estuvo tan mal. Al final alguien me preguntó algo que ya me olía que iban a preguntar. Así que estaba preparado. Como sea, terminé satisfecho.


Y, por supuesto, me di un tiempo para turistear. Recorrí muchas veces el centro histórico, visité algunos museos chingones (el Manuel Felguerez o el Rafael Coronel) y otros no tanto (el de la Toma de Zacatecas). Este último me decepcionó bastante. Esperaba ver alguna maqueta o algún recorrido que ilustrara cómo fue que la División del Norte avanzó sobre Zacatecas. Pero no. Nada. Algunas fotos. Lo único ligeramente rescatable es la reproducción de algunos periódicos de la época, donde se podía leer las partes del ejército federal. Y bastante tendenciosas, por cierto. Muchas decían cosas como que los rebeldes están siendo fácilmente sofocados y así por el estilo. Como bien sabemos, mi general Villa llegó y arrasó con el ejército. También caminé por la Bufa, me subí al teleférico (típico turista, con cámara y todo), conocí las minas del Edén y, lo mejor de todo, me emborraché varias veces en Las Quince Letras, cantina tradicional en el mero centro de Zacatecas. Recuerdo con mucho gusto el buen mezcal Real de Jalpa.

Otro día nos invitaron a un concierto de la filarmónica de Zacatecas. Nos presentaron el programa que llevarán al Festival Cervantino. También oímos un rato a la Banda de Música de Zacatecas. Después asistimos a una típica callejoneada en la que caminamos por el centro siguiendo a una banda mientras bebíamos mezcal que, por cierto, sabía bastante mal.


Y así, sin más, se acabó.

sábado, 10 de octubre de 2009

Hongos

En Tetela del Volcán, un pequeño pueblo de Morelos, cada temporada de lluvias hay hongos. Hongos alucinógenos. Lo hacemos: Segismundo, el Papa y yo nos lanzamos al pueblito a buscar la aventura. Y así empezó.

Llegamos al lugar, pedimos hongos. No hay. Sólo algunos enmielados. Parece que de esta manera los conservan para venderlos después. Después de un rato, nos dicen que sí tienen algunos frescos pero pocos. Vamos a ver y mis acompañantes, más experimentados, dicen que con eso basta. Al final de la jornada hasta sobraron. Ya con honguitos nos internamos en la montaña. Caminamos unos veinte minutos hacia adentro. Llevábamos tienda de campaña, tambores, una pequeña flauta, cobijas, agua y algunas frutas. Pensábamos pasar la noche ahí. Eran como las 8 o 9 de la noche. Una brillante luna llena nos iba iluminando el camino. Llegamos. Armamos la tienda, intentamos prender una fogata (sin éxito, la madera estaba muy húmeda) y nos relajamos.

Después de un rato empezamos. Hacemos un círculo alrededor de una cubeta de agua y uno a uno vamos tomando los honguitos. Primero dos. Los metemos al agua para quitarles el exceso de tierra. Entran. La cabecita no sabe a nada particular, en cambio el tallo es muy acido pero rico. Me gustaron. Se queda un rato la acidez en la boca. Otros dos. Termino comiéndome siete honguitos. Y a esperar. El efecto no es inmediato, la digestión es lenta. Algunos tocan los tambores, yo los acompaño con la flauta. Después de un rato, empiezo a sentir pesadez en el cuerpo. Veo a mis compañeros que se sientan o se acuestan. Me siento enfrente de una plantita y pienso: "A ver, háblame, muévete, ponte de colores". No sucede. Me acuesto y me empiezo a clavar un rato con las nubes. Figuritas blancas, nada espectacular. Cierro los ojos y, un poco forzadas, aparecen figuras geométricas de colores. Un poco forzado. "Ni modo", empiezo a pensar, "no va a suceder". Veo a los demás, idos. Uno de ellos no deja de reirse escandalosamente. No sucede. Mejor me levanto y me voy a caminar.

Llego a un camino que tiene dos direcciones: una medio iluminada, la otra oscura, borrosa. Naturalmente me voy por la que no distingo bien. Desde donde estaba no se veía camino pero en cuanto me acercaba aparecía a mis pies. "Así va a ser", pensé, "simplemente voy a seguir el caminito". Y si veía hacia adelante nuevamente no distinguía nada, pero en cuanto me acercaba tenía un camino a mis pies. Seguí. Llegué a una parte sin árboles y empecé a fantasear con perderme, caer desmayado, azotar. Cerré los ojos y lo intenté. Me empecé a marear. Mis rodillas temblaban. Medio me tropezaba. No sé cuánto duró esto pero de repente abrí los ojos y respiré.

Al fondo se adivinaba un camino oscuro entre los arbolitos. "Un bosque mágico", pensé. Me metí. Por momentos, la luz de la luna iluminaba el camino aunque gran parte estaba en penumbra. Estos juegos de luz le daban al lugar un aspecto tenebroso. Pero nunca tuve miedo. La naturaleza me recibía en sus entrañas sin ningún inconveniente. Por momentos, me parecía distinguir en los árboles una actitud de reyes en sus tronos, imponentes, silenciosos. Debajo de ellos me detenía y pensaba en seguir o no seguir, en cuál camino tomar, en el sentido de seguir. Lo mejor de todo era que siempre estuve tranquilo. Supongo que sobrio no habría caminado tanto. Era como si la naturaleza me dijera: "No importa, todo está en ti, escoge". Y así, sin más, seguí. Tomé otro camino y llegué hasta una reja que impedía el paso. ¿Y ahora? Recordé a mi amigo Ramiro diciéndome: "No retes a la naturaleza". Salté la reja y seguí. Pensé: "Ramiro, princesa Malèna, cuídenme". Después la princesa Malèna me confesaría que esa noche soñó conmigo. En el sueño veía mi silueta y mi mano tratando de alcanzarla. Me escuchó.

Ahora el camino era cuesta arriba. Empecé a sudar. Traía conmigo mi cobija y ya más bien la iba arrastrando. Iba sude y sude y piense y piense. Y pensaba bien, como que el rollo de que no estaba sucediendo nada hacía un rato lo olvidé y empecé a disfrutarlo. Todo lo que pensaba era bonito, no tenía miedo, cualquier cosa que llegaba a mi cabeza tenía un lado optimista y bueno. En esos momentos ya estaba totalmente encantado. Así llegué a un lugar fantástico. Había muchísimas plantas secas todas alineadas viendo a la luna, apuntando a la luna. Eso me maravilló. Tal vez era todo irreal, pero a mí me parecía que esa parte de la montaña era espectacular y estaba en ella. En esa parte no había árboles tapando a la luna así que aquella vista era simplemente maravillosa. Despues de eso estaba considerando volver pero en el fondo se veía otro caminito que seguía subiendo. Y, por supuesto, lo seguí.

Llegué a un lugar en donde alguien había estado antes porque había botellas de plástico en el suelo. Eso me molestó. Esa basura no pertenecía a ese lugar. Pero no me clavé en eso. Seguí subiendo. Un poco nada más. Llegué a un lugar lleno de hojas secas. Hice a un lado la cobija, me desabroché la chamarra y me acosté. Ya no tenía frío, ni miedo ni nada. Estaba totalmente relajado. Mi cuerpo no se movía. Sólo veía las sombras de las ramas de un árbol llenas de hojas encima de mí y la luna al fondo. Y seguí pensando. De repente, no sé cómo, me clavé un buen rato en el sonido de las risas de mis amigos. Una tras otra iban apareciendo y eso me hacía sentir muy bien. Me hacía sonreir. Y con particular fuerza, resonaba en mi cabeza la risa de la princesa Malèna.

Pensé mucho en ella. Me sentí absolutamente feliz por tenerla a mi lado, por amarla profundamente. En eso estaba cuando se me ocurrió hablarle. Me parecía perfectamente posible que me pudiera oir, tal vez en sus sueños. No emitía ningún sonido, sólo pensaba. Lo intenté. Le hablaba y esperaba un momento. No pasaba nada. Ninguna respuesta. En la espera, un silencio absoluto aparecía. Y lo volvía a intentar. No contestaba. Pero el silencio estaba ahí. Único. Mágico. Real.

Después de un rato, mis pensamientos me llevaron a otro lado, no recuerdo a dónde. Pero estaba totalmente en paz. Oía como caían las hojas detrás de mí y no me inmutaba en lo absoluto. Después de un rato finalmente me levanté e inicié el recorrido de vuelta. Y en cada lugar me detenía, agradecía y seguía. Buena parte del camino de regreso lo hice sin problemas pero cuando llegué al lugar donde estuve alucinándome con desmayarme ya no supe para donde ir. Me perdí. Caminé para un lado, no lo reconocía y volvía. Pero no volvía al mismo lugar. Y esto se repitió varias veces. Cada vez que según yo hacía un recorrido en sentido inverso llegaba a otro lugar: ¡Estaba perdido! Ya habían pasado algunas horas así que ya estaba volviendo en mí y me asusté. Estaba completamente sudado por los nervios y después de un rato de caminar y caminar, mejor me senté para tranquilizarme. Pensaba que lo peor que podría pasar era que amaneciera y mis amigos me buscarían y punto. Estarían molestos pero ni modo. Estaba en eso cuando por ahí vi un caminito más. Oscuro. No había pasado por ahí pero lo seguí. Eso fue mi salvación. Al menos pude llegar a la zona donde me quería desmayar. Y desde ahí, como de ensueño, oí a lo lejos la risa loca de mi compañero. Eso me salvó. A la chingada los caminitos, me fui atravesando entre las yerbas, terminé todo empapado pero finalmente llegué. Sano y salvo. Le agradecí a mi compañero. Me había salvado la vida.

Después de aquello pasamos el resto de la madrugada platicando nuestras experiencias y riéndonos de todo. Nos dormimos, amaneció, recogimos nuestras cositas y emprendimos el viaje de regreso a La primavera. Nos detuvimos en el camino a comer unos deliciosos tacos de cecina de Yecapixtla. Desde ahí, nos despedimos de Tetela del Volcán.

El carnaval de Zacualpan de Amilpas


Después de algunos intentos fallidos, finalmente este año nos animamos a ir a la pachanga que año con año se celebra en Zacualpan de Amilpas, Morelos, con motivo de la Fiesta de la Virgen del Rosario. El pueblo entero se pone de fiesta. Se organizan desfiles, hay carros alegóricos, algunas familias construyen mojigangas basándose en algún tema y al ritmo de tamborazos y trompetazos, todo el mundo sale a recorrer las calles baile que baile. Además, por si faltara motivación, el combustible consiste en una bebida llamada Zacualpan mezclada con Jarritos de sabores o con Coca-Cola. Yo no sé qué me bebí esa tarde pero sabía muy bien y te ponía muy contento. Nos acoplamos con la comparsa Falfán, quienes también año con año hacen vestuarios, máscaras, banderas, mojigangas, para participar en la fiesta. De paso, aprovecho para agradecerles profundamente la invitación.


Así, durante varias horas estuvimos recorriendo buena parte del pueblo siguiendo a una banda a la que no se podía permanecer indiferente. Además, en una parte del recorrido me ofrecí a ser aguador. Me dieron un par de Jarritos llenos de Zacualpan y un par de mangueritas. A la gente le da sed y la bebida debe estar disponible. Esto, por supuesto, tiene sus ventajas: un trago para ti, dos para mi. Y ni quién se ponga roñoso con que todo mundo le toma de las mismas mangueritas. La pura vida. Hicimos una escala en la iglesia del pueblo y en ese recorrido, por cierto no muy largo, se me acabaron mis Zacualpan. Afortunadamente había otros aguadores.


Después de aquello, totalmente agotados y hambrientos, terminamos en casa de la familia Falfán, donde cenamos de lo lindo: tortillas, arroz, frijoles, mole, chicharrón, papas con chorizo, picadillo y había más guisados pero no me acuerdo. Lo que desde luego recuerdo es que la cantidad de Zacualpan era muy cercana a inagotable. Seguimos bebiendo y bebiendo, empezaron las cumbias y a darle nuevamente al bailongo. Aquello estuvo espectacular. Mis piernitas lo resentieron durante varios dias.


Por cierto, durante el recorrido por el pueblo, había un montón de gente tomando fotos, así que no sé de quién son todas las anteriores. La comparsa Falfán tiene un blog y ahí las conseguí:


Y así fue. Aquello estuvo bastante divertido, por unas horas nada importó excepto bailar, beber y pasarla bien. Me despido con mi cara de satisfacción que rememora una agotadora e inolvidable jornada:

viernes, 9 de octubre de 2009

Un día en el chilango

Un buen día, no hace tanto, tuve que lanzarme al chilango a hacer un trámite más. Llegué tempranito a CU, asistí a la presentación del examen profesional de mi compañera de Mirnatitlán, entregué mi tesina y me convertí en un hombre libre.

Estaba de ánimo para un buen día cultural. Visité el CCU buscando las carteleras teatrales y me encontré con bastantes posibilidades. Sin embargo, todas tarde. Ni modo, se me va el camión para regresar a La primavera. Vi las pelis. Uff, nada se me antojó. Así que di media vuelta pero antes de irme entré al Muac. Ya había ido antes con la princesa Malèna. Había una exposición de Cildo Meireles, un artista plástico brasileño. Bien. Algunas salas imposibles, ya saben, tanta abstracción aburre. Otras, más aterrizadas, plásticamente atractivas. Pero lo que deveras me encantó fue una pieza llamada Babel (2001). Mientras recorrías las salas del museo, a lo lejos se oía un ligero murmullo, apenas perceptible. De repente, estabas de frente a una inmensa torre hecha con una cantidad considerable de radios de diferentes épocas todos prendidos a la vez y sintonizados en diferentes estaciones. De ahí el nombre. La experiencia era bastante singular. De entrada, el gran formato impresiona (¡eran un chingo de radios!) y dedicándole un poco de tiempo dándole vueltas a la torre, se creaba una verdadera sensación de confusión. Lo disfruté bastante. Ahí les dejo una foto de la pieza.


Después me lancé a la cineteca. ¡Ah, qué maravilla! Desde la entrada, llegando por el metro Coyoacán, se veía una gran manta que anunciaba el ciclo Rock en el cine, ¡a güevo! Eso me emocionó. Estaban programadas pelis sobre los Pixies, de Heavy Metal, Radiohead, Depeche Mode, Public Enemy, Metallica, Favela on Blast, Iron Maiden, Gogol Bordello, Leningrad Cowboys, entre otras. Ese día pasaban Gogol Bordello Non-Stop (Dir. Margarita Jimeno, EUA, 2007) y me apliqué. Además, en un espacio había una exposición de fotografía de Toni François, quien se dedica a fotografiar rockeros, conciertos y demás. Por ejemplo, la siguiente foto de Vicentico. ¿No les recuerda a los Caballeros del Zodiaco? Simpática, ¿no?


Así pues, entré a ver el documental sobre Gogol Bordello. Absolutamente chingón. Música viva, vibrante. Unos exiliados ucranianos, rusos o lo que sea, que llegan a instalarse en EUA y así o asá forman una bandita. Entre la batería, guitarra, violín, acordeón, bajo y percusiones, estos tipos son una verdadera fiesta. Lidereados por Eugene Hütz, esta banda gitana-punketa son la pura vida. Y como todo documental bien logrado, terminas con el corazón brincando y una sonrisota en la cara: la felicidad existe.

Después sigo con Los herederos (Dir. Eugenio Polgovsky, México, 2008), documental que retrata la vida de niños en diversas regiones del campo en nuestro país y las condiciones en las que viven. Cámara en mano, el documental nos lleva a las diversas e intensas labores que llegan a tener estos niños: pizca, construcción, trabajo en telares, la búsqueda de agua, la elaboración de alebrijes, etc. El documental es bastante conmovedor y muestra las condiciones de vida y pobreza extrema de algunas partes del campo mexicano.

Termino. Camino hasta el centro de Coyoacán, me compro un helado de avellana y me siento en la placita. Repaso el día y me doy cuenta de cuánto lo disfruté. Fue uno de esos dias en los que agradeces que el DF esté tan cerca. En la plaza se respira una fresca tranquilidad. La gente camina, saca a sus mascotas. A un lado, un Burguer King, del otro un mercado de quesadillas; enfrente, una cantina tradicional, más al fondo un Sanborns. No importa. Hay para todos los gustos. De eso se trata: tener opción.

martes, 29 de septiembre de 2009

Rechazo al tabulador diferenciado de CONACYT

Recientemente CONACYT publicó algunos cambios en su política de otorgamiento de becas a alumnos de posgrado. A través del Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC), se establece la siguiente clasificación de los distintos programas de posgrado del país:

1. Programa de competencia internacional.
2. Programas consolidados.
3. Programas en consolidación.
4. Programas de reciente creación.

A partir de enero de 2010, entrará en vigor un tabulador diferenciado que responde a la clasificación anterior. De esta manera, el monto de las becas que reciban los estudiantes dependerá del posgrado en el que estén inscritos.

Hago mis cuentas: Mientras fui becario de CONACYT recibí entre 6 mil y 7 mil pesos al mes (esto fue variando durante el periodo de la beca). No dejo de pensar que esta cantidad era un poco excesiva, o tal vez no... Como en La frontera no existe un posgrado en matemáticas con las características del posgrado de la UNAM decidí venirme a La primavera. Eso implica de entrada una inversión. Estando aquí hay que enfrentarse con aquello de pagar renta, servicios, alimentación, recreación y esas cosas. Habrá otros que también se preocupan por comprarse ropa, calzado, cortarse el cabello de vez en cuando y ahí según las excentricidades personales. Afortunadamente yo puedo andar con el mismo pantalón y los mismos tenis todo el año sin mayor problema. Tampoco me corto muy seguido el cabello (¿para qué?, solito se está cayendo). Aún así hay que pagar. Ahí les va:

  • 1250 pesos de renta al mes (en mi caso, ahí van luz y agua).
  • 0 pesos en gas. Hace 2 años pagamos un tanque de 300 pesos. ¡Tengo calentador solar!
  • 1000 pesos al mes de comida. Me alimento en el comedor universitario. ¡A 30 pesos la comida!
  • 1000 pesos al mes en despensa: pan, jamón, atún, maruchan, tortillas, queso, cereal, huevos, yogurth, etc. Justo lo que necesita un estudiante para alimentarse sanamente.
  • 400 pesos al mes en el cine. Ni modo, me gusta ir al menos una vez a la semana. Y no es que coma palomitas cada vez que voy. Vivo muy lejos de las salas de cine por lo que ir entre semana se complica. El fin de semana el cine cuesta 50 pesos. Debo tomar dos rutas para llegar y también el pasaje está subiendo. Y meto de contrabando unos cacahuates y un refresco. Ah, también cuestan. ¿Debería justificarme?
  • 300 a 400 pesos al mes en caguamas. ¿Qué puedo decir? Soy un borracho.
  • 200 pesos al mes en celular. Tengo que hablar a mi casa de vez en cuando.
  • 1000 pesos al mes en todo lo demás: copias y libros para la escuela, viajes al DF para hacer trámites, inscripción y libros para la escuela de lenguas, medicinas de vez en cuando, alguna comida exótica en el mes, cooperación para lo que sea, comida para el gato, etc.
  • $$$. Tengo que ir en las vacaciones a La frontera. Supongo que CONACYT no tiene inconveniente en que visite a mi familia. Por cierto, ir a La frontera en avión cuesta 2500 pesos ida y vuelta. En camión la mitad.

De todo esto sacamos la fabulosa cantidad de... ¡5000 a 6000 pesos! O sea, me quedan entre 1000 y 2000 pesotes para ahorrar. En mi caso, una buena parte del ahorro se fue en un congreso en España. ¿Merezco la inquisición por salir a turistear una vez que terminó el congreso? Y no es que se trate de eso. Los estudiantes de posgrado deben salir a enfrentarse con otros estudiantes: eso fortalece el conocimiento, lo transmite, le da vida.

Mi historia no es muy diferente de la del resto de mis compañeros. La gran mayoría de los estudiantes del posgrado en matemáticas de La primavera son originarios de otro lugar: Guerrero, Tabasco, Durango, San Luis Potosí, Baja California, Chihuahua, Hidalgo, Oaxaca, Sonora, Nuevo León, Veracruz, etc. La gran mayoría paga renta, come, se divierte, va a congresos.

Con el tabulador, un estudiante de maestría de un posgrado de reciente creación recibirá la fabulosa cantidad de... ¡4400 pesos al mes! No pasa nada. Se puede sobrevivir sin cine, cerveza, celular y yendo sólo una vez al año a visitar a la familia. Cuando estaba en La frontera fui un orgulloso maquiloco. Siendo capturista de datos llegué a ganar, en mis mejores momentos, 4000 pesos al mes. No es que demerite el trabajo de un capturista pero estoy convencido de que hacer una maestría es bastante más complicado que capturar marcas de carros.

Entonces, así como la veo, creo que este mentado tabulador le va a dar en la madre a muchos posgrados en México. Leyendo un poco lo que ha aparecido en el periódico al respecto, me entero de que México es un país con unos 26 mil estudiantes de posgrado. ¡26 mil en una población de 100 millones! ¿Cómo está la economía de México? Hasta donde tengo entendido, no tan mal. Digo, para que funcionarios en la Suprema Corte de Justicia anden rondando los 200 mil pesos al mes entre salario, bonos y transas, no pareciera que el país esté tan mal. Entonces, ¿por qué afectar a la población estudiantil de los posgrados con estas medidas?

Entiendo que en estos momentos el mundo esté sumido en la crisis. Así que hay que hacer un esfuerzo y si para enfrentarla CONACYT decide bajarle a las becas pues ni hablar. Pero no parece muy coherente. ¿No debería ser más parejo? Si ha de bajar, que le bajen a todos. ¿Cómo entender que los recortes se hagan a algo tan esencial para el desarrollo de un país como lo es la educación y no bajarle a los escandalosos sueldos de los funcionarios?

Nos podrán decir: ¡pues pónganse a trabajar! Por supuesto, ¡faltaba más! La cuestión es que la exigencia de un posgrado puede ser verdaderamente intensa. Hablo desde mi experiencia. Sin la menor exageración, desde hace casi tres años, de lunes a viernes, estoy de 9 am a 6 ó 7 u 8 ó 9 ó 10 u 11 pm en la escuela. Para mi (y para la mayoría de mis compañeros) la maestría ha sido un ejercicio muy demandante. Así que intentar dedicar unas horas a otra actividad resulta bastante difícil. Además, el CONACYT sólo permite trabajar a lo más 8 horas a la semana. Se complica, ¿no?

Así las cosas. En el 2010 empezará a implementarse el tabulador y habrá que apelar a cualquier cosa para seguir. Como siempre: se trata de aferrarse y sobrevivir.

viernes, 28 de agosto de 2009

En la recta final

No quiero dejar esto pero la conclusión del proyecto final de la maestría no deja mucho tiempo para algo más. Aun así, me detengo un momento y vuelvo a este lugar. ¿Que cómo voy? Ah, pues ahí la llevo. Después del agotador semestre que fue el anterior, retomo con energía renovada un nuevo proyecto, más sencillo en principio. Después del ambicioso, irreal y desmoralizador plan original, volvemos a la tierra y con el tiempo encima me dedico a redactar algo más accesible: normalización de espacios analíticos. Casi pura álgebra. Eso me gusta. Ahora mismo los módulos Cohen Macaulay me tienen ocupado. Como sea, esto terminará pronto. Ya lo anunciaré. Hasta entonces.

viernes, 26 de junio de 2009

The Moose

Desde La frontera, disfrutando una semana más de vacaciones, olvidando la monotonía alimenticia de seis meses (sandwiches, quesadillas, spaguetti, entomatadas, huevos, sandwiches y volvemos a empezar) comiendo con mi madre, abuela o quien me invite, disfrutando del calor propio de la región y por supuesto, al lado de la princesa Malèna, vuelvo a este espacio para colgar un video del gran Woody Allen, The Moose (El Alce), uno de sus célebres monólogos. De paso, nótese que es de este "stand up" de donde este blog se ha inspirado para tener un nombre. Un pequeño homenaje al maestro Woody Allen.

Debido a mi ignorancia respecto a colgar videos para que los vean directamente desde aquí, simplemente dejo la dirección e invito al invisible lector a seguir el link y disfrutar del inigualable Woody Allen.

http://www.youtube.com/watch?v=3d76580JB2A

lunes, 22 de junio de 2009

¡Vacaciones!

Semana mujeriega. El domingo pasado llegaron a La primavera mis mujeres (y el marido de una de ellas). Madre, hermanas, sobrina y cuñado estuvieron de visita por estos lares y nos paseamos de lo lindo. Empezamos por La capirucha (término que vine a aprender acá, para mi solía ser simplemente el DF, aunque hay tantas variantes como quieran: el defectuoso, el chilango, chilangolandia). Seguimos con lo de siempre: Xochicalco, Tepoztlán, Cuernavaca, Taxco, Cacahuamilpa y finalizamos a gritos en El Rollo. Y ayer volvieron a La frontera. Bastante lindas las vacaciones.

¿Merecidas vacaciones? No lo sé pero ya me hacían falta. Ahora debería retomar el estudio de la normalización de gérmenes de espacios analíticos bla bla bla... No lo creo. Una semana no basta. Además, estoy por regresar a La frontera y quiero pasar unos días poniéndome al tanto... Malèna: ¡ahí te voy!

domingo, 7 de junio de 2009

Pancho Villa. Una biografía narrativa


Hoy, finalmente, concluí la lectura de la biografía narrativa de Pancho Villa, escrita por Paco Ignacio Taibo II. A casi cien años del levantamiento maderista, me adelanto a los festejos que se vienen anunciando y rindo un pequeño homenaje a este revolucionario del que ahora me declaro fiel seguidor.

Resulta imposible tratar de resumir un libro de esa magnitud así que sólo intentaré dar algunas impresiones generales de la lectura. Sin duda, mi visión del afamado Francisco Villa ha cambiado. O en todo caso, ahora creo tener una. ¡Qué vida tan apasionada la de aquel hombre! Huyendo de la ley desde temprana edad, sobreviviendo la sierra de Chihuahua, dirigiendo un movimiento bélico de gran magnitud, protagonizando triunfos espectaculares, soportando traiciones, siendo derrotado, sobreviviendo después múltiples persecuciones, aguantando hambres y fríos intensos, armando guerrillas, cediendo cuando era tiempo, practicando un socialismo improvisado, hasta finalmente morir como se moría entonces: a plomazos.

No llego a entender cabalmente los motivos que lo orillaron a sumarse a la revolución. Perseguido por la ley, apenas sobreviviendo, no pareciera que la situación social le preocupara demasiado. Seguro que habrá anécdotas de Villa entregando dinero o comida al pueblo, pero en aquel momento no es una constante. Constantes los robos de ganado. Hay incluso algunos homicidios, si no de su propia mano, sí de sus acompañantes, por ejemplo, de quien sería después uno de sus más sobresalientes generales: Tomás Urbina. Como sea, es convocado a la revuelta maderista y, sin más, acepta unirse. La historia sigue su curso. Porfirio Díaz sale del país, Madero es presidente, lo asesinan y tiempo después Villa entrará a México por algún punto cerca de Ciudad Juárez (o, como dice el autor, la maravillosa ciudad con la que en 1911 habían tirado a Porfirio Díaz) para iniciar el movimiento contra Huerta en 1913.

Será en esta campaña cuando la División del Norte obtenga sus más espectaculares triunfos: Tierra Blanca, Torreón, Zacatecas. Nombres legendarios acompañan a Pancho Villa: Maclovio Herrera, Felipe Ángeles, Tomás Urbina, Rodolfo Fierro, Toribio Ortega, Trinidad Rodriguez, José Rodriguez, Eugenio Aguirre Benavides, Calixto Contreras, Raul Madero, Roque González Garza, Orestes Pereyra, Rosalío Hernández, Manuel Chao,... La lista sigue. Sin duda, Villa logró dar aquellas impresionantes batallas debido en buena medida a todos estos generales que lo seguían. Es entonces realmente desolador que, con el tiempo, la mayoría de aquellos legendarios generales lo fueron abandonando: algunos murieron en el campo de batalla, otros lo traicionaron, otros nomás por dinero, algunos más porque probablemente dejaron de creer en la lucha. El autor sugiere que Villa habría extrañado a aquellos mandos en sus tiempos de guerrilla. Probablemente así fue.

Antes de entrar en contacto con Venustiano Carranza, pareciera que Villa no tenía ningún plan político. La consigna era derrocar a Victoriano Huerta, asesino de Madero. Sin embargo, el pueblo de Chihuahua se vio beneficiado por una forma improvisada de socialismo durante el tiempo en que fue territorio villista, notablemente cuando Villa fue gobernador. Aparentemente sin planes preconcebidos, Villa, un hombre iletrado, casi analfabeta, estableció un sistema en el que ricos eran despojados de sus tierras, los precios de muchos productos fueron tremendamente abaratados, llegó a haber repartición directa de dinero entre los pobres y nacionalización de bienes de la burguesía chihuahuense. Sin grandes pretenciones, Villa estaba logrando, al menos localmente, algunos de los grandes ideales de los revolucionarios.

Y la historia sigue su curso. Huerta cae, Carranza sube al poder, la Convención de Aguascalientes no trae sino renovadas diferencias y la guerra continua, ahora porque caiga Carranza o Villa. Y en esta ocasión caerá Villa. Pecando de arrogancia y exceso de confianza, Villa es derrotado una y otra vez por el ejército de Obregón. La División del Norte terminará disolviéndose. Viene el tiempo de la guerrilla. ¿Porqué Villa no deja de pelear? Han pasado varios años de guerra, el pais necesita paz y Villa no desiste. ¿Es tan terrible que Carranza se quede en el poder? El autor de la biografía no dice mucho al respecto. Sin embargo, como veremos luego, parecía que Carranza quería seguir los pasos de Porfirio Díaz y al fracasar en su intento por imponer un presidente que lo sucedería, sus viejos aliados, particularmente Obregón, terminarán cazándolo. Así que tal vez Villa no andaba tan errado en sus intuiciones. Después, con el interinato de Adolfo de la Huerta, Villa finalmente depone las armas.

Polémica. He oído decir a algunos que la gran diferencia entre Villa y Zapata es que este último nunca se vendió. A aquellos habrá que decirles que Villa tampoco. El pleito con Carranza había terminado. Villa no tenía diferencias con De la Huerta, a quien nunca había combatido. En conferencia con el subsecretario de Guerra en ese momento, Villa pone como condiciones para su retiro salario para sus hombres, un rancho que él pagaría y permiso para conservar sus armas por razones de defensa. Villa previó que la gente diría que había depuesto las armas por un rancho y una fuerte cantidad de dinero. En palabras del autor: "la calumnia era absurda". Efectivamente, el autor habla de unos 55 mil pesos por el licenciamiento, dinero que Villa agotó repartiéndolo a viudas, amigos, mendigos y demás. Además, el rancho asignado a Villa estaba en condiciones deplorables. Abandonado desde hacía tiempo, el lugar no era habitable. Dice el autor que Luz Corral, una de las esposas de Villa, dijo: "Qué triste aspecto, parecía un panteón abandonado". Por otro lado, hay que reconocer que Villa supo usar su condición de ex-revolucionario para conseguir de cuando en cuando dinero del gobierno. Pero siempre que lo hizo, era para respaldar algún nuevo proyecto social que quería implantar en su rancho. Así creo escuelas, fuentes de trabajo muy bien pagadas e incluso intentó abrir un banco de crédito para los agricultores. Estamos en 1920. Una nueva vida empezaba para Francisco Villa. No duró mucho.

Villa es asesinado. Después de sobrevivir largas persecuciones, dirigir batallas épicas, Villa sería emboscado en Parral por unos cuantos viejos enemigos. Ahí terminaría la vida de un hombre incansable y fiel, tal vez sus mejores atributos.

Terminé de leer la biografía en la catedral de La primavera. Cerré el libro y me quedé largamente mirando la foto de la portada y una inevitable tristeza me empezó a invadir. Mágicamente, las campanas de la catedral empezaron a sonar. Aquellas fueron campanadas en honor de mi general Francisco Villa.

viernes, 5 de junio de 2009

Premoniciones

Lunes: En sueños, el tremendo chilaquil de nombre Rafael, mejor conocido como el Rafa, y yo, nos dirigimos a La frontera por algún asunto. Allá, en mi ciudad, aunque no lo parece, el chilaquil y yo recorremos las calles y nos vamos encontrando una y otra vez con mis viejos amigos del teatro. Les presento al chilaquil y seguimos nuestras andanzas. Y no recuerdo más.

Martes: Nuevamente en sueños, el chilaquil aparece. Esta vez en una situación más comprometedora. Nos encontramos en una habitación cada uno acompañado de conocidas chicas y después de un rato, tremendas mazapaneadas empiezan a suceder. Cada uno con la respectiva chica. ¡Y tremendas mazapaneadas que fueron! Y no recuerdo más.

Empiezo a preocuparme. Siguiendo la línea de sueños, que se puso más intensa de un día para otro, el hombre no deseado de mis sueños podría aparecer nuevamente y no quiero pensar en qué circunstancias. Pero el miércoles no sucede nada. El jueves, el chilaquil y yo asistimos a un torneo de dominó en La palapa y después de dos partidas, una a nuestro favor, otra no, y con tres cervezas encima nos retiramos. Ya prendidos, terminamos en casa del chilaquil tomándonos casi una botella completa de whiskey. Ahogados de borrachos nos vamos a dormir (¡en camas diferentes!). A la mañana siguiente, la de hoy, amanezco con una cruda insoportable. Vómito tras vómito toda la mañana y así hasta las dos de la tarde. Regreso a mi hogar temblando, sediento y hambriento. Un alka-seltzer será parte de la solución. Un poco de agua. Conecto mi celular para que se cargue. Después el milagro: un plato de choco krispis y un vaso de leche muy fría. Vuelvo a mi cama y después de una hora de sueño resucito. Mágicamente el sufrimiento desapareció. Me levanto, otro choco krispis y más leche. Estoy vivo nuevamente. El celular me avisa que la batería está totalmente cargada. Mi celular y yo hemos vuelto a la vida. Otra simpática coincidencia: un día antes había comprado la leche y luego me di cuenta de que caducaría pronto. O sea, había que tomársela ya. Y esa leche a punto de morir fue la que me resucitó.

Me había equivocado. Aquellos sueños no estaban anunciando un sueño más atrevido de tintes homosexuales. No. Estaban anunciando una noche de excesos y de simpáticas coincidencias. Menos mal.

I'm gonna kill Bill


David Carradine ha muerto. La novia quería deshacerse de él. Un viejo actor nos deja. De que se haya suicidado o no será para el resto de nuestras vidas una incógnita.

Un aplauso a un actor que se fue.

miércoles, 3 de junio de 2009

¿Sólo un muerto más?

La frontera, Ciudad Juárez: un muerto más. Uno, dos mil. El viernes fue ejecutado Manuel Arroyo, maestro de la universidad. No lo conocí pero el dolor de sus colegas se lee y se siente. Ahora es estadística: un muerto más. Así se castigue a los asesinos él es un muerto más. ¿Cómo se detiene esto? ¿Qué más debe pasar?

Estoy lejos pero aquella es mi ciudad. Ahí nací y pasé la mayor parte de mi vida. Allá está mi gente. Ahora es ciudad de nadie. Es ciudad de balas y de sangre. ¿Qué va a pasar con el mundo si le toca a uno de los míos? El mundo ni lo notará. Y yo, ¿podré vivir con eso?

viernes, 29 de mayo de 2009

Morir junto a un hombre como usted

La biografía de Pancho Villa hace otra vez su aparición para revelarme, casi diez años después, una circunstancia evidentísima de la revolución mexicana, que bien podría haber justificado un texto que a mi siempre me pareció de novela barata. Me remonto a 1999, cuando Luis de Tavira dirigió a la compañía Alborde Teatro en el montaje Felipe Ángeles, obra de Elena Garro. Por ahí aparecería un texto que me haría enfrentarme a un rostro del teatro que no conocía.

Hacia 1919, Felipe Ángeles fue aprehendido en Chihuahua y posteriormente sometido a un juicio que concluiría con su fusilamiento. Además, dos acompañantes fueron también procesados: el mayor Néstor Enciso Arce y el joven Antonio Trillo. Los dos últimos fueron condenados a años de prisión y así concluye la historia del general Felipe Ángeles. En la adaptación que hace Luis de Tavira (entre otros) de la obra de Elena Garro, se incluye una escena donde se da el veredicto: Felipe Ángeles es sentenciado a muerte. Trillo, al saber que no será ejecutado, rompe en llanto y se produce el siguiente diálogo (o algo muy cercano):

Ángeles: No llores Trillito, que nada te va a pasar.
Trillo: No general, no lloro por eso. Lloro porque no me voy a morir junto a un hombre como usted.

La sola idea de romper en llanto me asustó. En los primeros ensayos, ya sea por los nervios, la presencia del director o lo que fuera lo logré. Pero nunca volvió a suceder. Y si sucedió fue por cualquier otro estímulo menos la situación que se estaba dando. Yo quería llorar de la nada o estimulándome de otra manera. Algo que me doliera, que me hiciera sufrir. Quería sentir un sufrimiento real y lo logré buscando un dolor personal. El teatro no debería hacerse así... Sin embargo, fuera de lo melodramático del diálogo y mi poca imaginación para abordarlo hay algo que considerar.

La muerte en la década 1910-1920 en México fue una constante inevitable. Batallas, fusilamientos, traiciones, saqueos. Gran parte de aquello terminaba en muertes. El pueblo se había levantado en armas. Para algunos, aquello representaba la defensa de fuertes ideales políticos. Habría otros más bien motivados por la ambición. Sin duda, también algunos despistados que sin tener más que hacer le entraron a los balazos. Cualquiera que haya sido la motivación, muchos estuvieron dispuestos a exponer sus vidas. Incluso por un ídolo: Villa, Zapata, Obregón, Carranza, Díaz, Madero, Huerta o, ¿porqué no?, Felipe Ángeles. Me atrevería a aventurar que algunos hasta tendrían preparada una frase, un discurso o un sencillo ¡Viva Villa! por si les llegaba a tocar ser fusilados. ¿Qué podría haber llevado a Trillo a decir algo así para despedirse del general Ángeles? Desde aquella perspectiva, hay varias posibilidades. Efectivamente morir a su lado podría haber sido un gran honor. Tal vez Trillo había entendido el discurso de Ángeles por lo que le guardaba un profundo respeto. Tal vez sentía una gran admiración por aquel hombre culto y genial estratega. O una mezcla de todo.

Resumiendo: Dado el contexto pareciera que el mentado diálogo era justificable y realizable. Pero entonces yo era muy joven e inexperto. Asustado por el gran director, fascinado por la gran ciudad, la verdad es que aquello no me importaba demasiado. En cada función lo sufría y pronto lo olvidaba. Y así durante algunos meses. El problema fue que después hice de aquello un método de trabajo. Y eso sí que me fastidió.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La última de los 27's

Esta noche es la última de los 27's. La celebro con una helada Corona, chicharrones y oyendo Chau de LFC. Sólo con Tobías que en este momento se está dando su acostumbrado baño nocturno, acostado en mi cama, llenándola de pelos. Mañana ya le echaremos montón al numerito. Primero apoyando a los Indios de Cd. Juárez que se disputan el pase a la final con Pachuca. Hay pocas esperanzas. El viernes seguiremos con unas caguamas y un buen bailongo en el viejo y conocido Guantanamera.

Invisible o inexistente lector, estás invitado.

lunes, 11 de mayo de 2009

La música teatral

¿Qué hace a la música tan especial? ¿El virtuosismo del músico y su instrumento? ¿La pasión del vocalista? ¿Las letras de las canciones? ¿La combinación de instrumentos? ¿Que la vocalista es un quesito? ¿Que el vocalista es un guapote? ¿Las coreografías en un concierto? Bueno, es un poco pretencioso tratar de contestar esta pregunta. Sin embargo, puedo decir lo que a mí me atrapa, lo que me hace escuchar obsesivamente una canción o alguna banda. Haciendo un recorrido por mi pequeña colección me encuentro con una constante. ¿Qué tienen en común The Trial de Pink Floyd, Five Years de David Bowie, Starship Trooper de Yes, The Sheriff de Emerson, Lake and Palmer, In the court of the Crimson King de King Crimson, Moribund, The Burgermeister de Peter Gabriel, Being for the Benefit of Mr. Kite de The Beatles, The Raven de The Alan Parsons Project, Romeo and Juliet de Dire Straits,...? Mientras lo escribo me doy cuenta de que varias son, o suenan, a canciones fatalistas. No era eso en lo que estaba pensando.

A lo que quería llegar era a que todas tienen un espíritu teatral notable. En varias se da un juego de voces que corresponden a varios personajes (la más evidente es The Trial: un gusano juez, una madre, un maestro, un prisionero). Otras, sin recurrir al diálogo, cuentan historias de película (como en The Sheriff, una historia del viejo oeste donde el bandolero Wicked Josie es perseguido por el sheriff). Algunas tienen el ingrediente teatral más bien en la música (Starship Trooper, cuyas progresiones son una muestra de cómo debería avanzar un buen trabajo teatral). Tal vez es el sello distintivo del progresivo el que hace la diferencia.

Como sea, con esto rindo un pequeño tributo a aquellas bandas que he seguido y que me han acompañado con su enorme fuerza e intensa vitalidad.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Recuento musical 5: Los Fabulosos Cadillacs

Aún recuerdo mi sorpresa al darme cuenta, al lado de la princesa Malèna, de que Los Fabulosos Cadillacs (banda a la que por no ir a ver me mantuvo de concierto en concierto buscando el perdón divino, ¡y lo encontré!) estarían en el Palacio de los Deportes el 14 de abril. La penitencia había dado frutos. Sin dudarlo un momento, en cuanto volví a La primavera me hice de dos boletos (¡ah, porque como bonus extra Malèna iría conmigo, haciendo de aquello el cierre perfecto). ¿Y porqué tanto escándalo por estos tipos? Resulta que el primerísimo disco compacto que compré directo de mi bolsillo fue nada menos que Vasos Vacíos de LFC. Entonces era un lepe imberbe que disfrutaba brincar con la energía de los 14 o 15 años al ritmo de Cadillacs, El Matador, Te tiraré del altar, Gitana y, por supuesto, Yo no me sentaría en tu mesa, la primera canción en mi historia que me haría estremecerme, conmoverme y entregarme al fenómeno musical. Por cierto que darme cuenta de que es una canción significativa para todos los fans no me gustó mucho. En su momento era mi canción, ajena a todos.

Por mucho tiempo no tuve más que aquel disco. Luego fueron llegando Rey Azúcar, El León y más recientemente Calaveras y Diablitos (mi favorito), Hola y Chau. Un total de 90 canciones (algunas repetidas) forman mi pequeña colección. Suficientes para darse cuenta del potencial y de la gran energía de estos músicos argentinos. Estamos en las vacaciones de semana santa, Malèna y yo en pleno idilio recorriendo los alrededores de La primavera, hasta que llega el día...

Martes 14 de abril de 2009. Llegamos al Palacio de los Deportes con una tercia de cervezas encima, compramos respectivos souvenirs y entramos al recinto. Ambos llenos de expectativas. Ella quiere oir Saco azul, yo Mal bicho. Ambos seremos complacidos y no sólo con esas. Como bien predijo Malèna, empezaron explosivamente con Manuel Santillán, el León. Ni me gusta tanto la canción pero fue tal el arranque, los trompetazos, la voz del Vicentico, la violencia del Señor Flavio, que encantado la canté con el resto de las almas ahí reunidas. Y así pasaron una tras otra. Todas las canciones. Una verdadera furia. No había manera de permanecer indiferente. El sax de Rotman, las trompetas y las percusiones. Cada instrumento llamaba a despertar, a desgañitarse, a entregarse a un acto liberador, una catársis multitudinaria. ¿Exagero? No lo creo. En aquel momento deseaba secreta y egoístamente que aquello no terminara. Que el carnaval se extendiera infinitamente. Que la música de estos extraordinarios señores escapara del lugar y toda esa alegría que la rodea envolviera al mundo y por unos momentos lo hiciera sonreir. Pero aquello sólo duró un par de horas. Dos horas vivas: Vos sabes, No. 2 en tu lista, Siguiendo la luna, Estoy harto de verte con otros, Vasos Vacíos, El matador, Padre nuestro, Demasiada presión, El aguijón, Carmela, Carnaval toda la vida, Paquito, Mi novia se cayó en un pozo ciego, V centenario,... Mención aparte merece (¡todas merecen mención aparte!) Calaveras y diablitos. Esa melódica guitarra, casi tierna, la entrada de las trompetas, todo el acompañamiento y la voz del Vicentico. Aquello sonó glorioso. Y el coro que nos correspondió cantar: No quiero morir sin antes haber amado pero tampoco quiero morir de amor. En ese momento, el viejo truco de iluminar al público aparece para mostrar un recinto completamente abarrotado, miles de personas acompañando a Los Fabulosos, entregadas en cuerpo y alma, cantando a todo pulmón como si cada uno fuera a ser escuchado. Aquello no importaba, éramos uno y nuestra voz se escuchó.

El concierto terminó. Aún en los baños, en los ríos de gente que salían del lugar, se tarareaba Yo no me sentaría en tu mesa. Era el eco de un momento que nadie quería dejar morir. Hasta que poco a poco se apagó. Y en silencio, agradecidos, despertamos.

martes, 5 de mayo de 2009

Recuento musical 4: Peter Gabriel

Hay que ponerse de pie. Fue el de Peter Gabriel el primer boleto que compré en la serie de conciertos del semestre. En ese momento no era gran fan ni mucho menos. Sabía de su existencia, alguna vez mi gran amigo Cesáreo me prestó un disco (Car, que después se convertiría en uno de mis favoritos, sobre todo la magnífica y enormemente teatral Moribund, The Burgermeister) pero entonces no me impactó gran cosa. De aquel primer acercamiento recuerdo Excuse me. Mi compa el Chucho fue el encargado de informarme que el maestro Gabriel vendría al DF. Y en esas, me pasó toda su discografía, incluyendo los videos de Secret World y Growing Up. Y así me enamoré. Por otro lado resultó que muchas rolitas no me eran tan ajenas. Oyendo la recopilación Shaking the tree, canciones como Mercy Street o Red Rain saltaron en mi memoria. Las semanas pasaron y yo me fui empapando de la música de este gran señor. Ni siquiera es el rock progresivo que tanto me gusta. ¿Qué pasó? Como diría mi compa el chilaquil: "Hace pop, pero buen pop". Y buen pop que hace.

Lo que finalmente me hizo caer de rodillas fue admirar sus conciertos. Espectaculares. El tipo es increíblemente carismático. Da gusto verlo saltar, sonreir, bailar, jugar con sus músicos. Canoso y todo, el señor tiene una energía fantástica. ¿Y qué decir del espectáculo? Simplemente genial. Secret World es mágico. El señor desprende una alegría que contagia, que hace sonreir. El teatro y la música convergen en este músico. Se atreve a ir más allá de los espectaculares juegos de luces de otras bandas. Él hace más. Cada canción es una historia y en su concierto las acompaña de un extraordinario montaje. Cada canción. Y el cierre, ¡qué delicia! Como un viejo cómico de la legua, todo de vuelta a la maleta y a seguir con la aventura. Pareciera que esto no puede mejorar. Y aparece Growing Up. Incorporando harta tecnología, Peter Gabriel vuelve con un espectáculo altamente moderno. Más espectacular que Secret World en cuanto a aparato. El mismo carisma. El mismo encanto. Excelente. Y con todo esto, estoy listo para verlo. En el Foro Sol no habrá tanta parafernalia pero estarán él y sus músicos. Y yo estaré ahí también.

Viernes 27 de marzo de 2009. Ahí estamos. Llenos de expectativas. Empieza el concierto Travis. Un grupo desconocido. Fresón. Tal vez eran las 10 cuando apareció. Desde Travis el sonido era medio irregular. Parecía que había una bocina medio quemada. Supongo que porque apareció el maestro lo olvidé. Y eso que empezó tranquilo. Varias rolitas tranquilas. También se aventó Steam y Darkness. Y así fue avanzando el concierto. Todos en nuestros lugares agasajándonos con la música. En un momento, se detiene y presenta a sus músicos. Repiten de Growing Up su hija y la tecladista. Y por supuesto los músicos que siempre lo acompañan. Y a partir de ahí puro fuego. Nadie se volvió a sentar. Retoma con Solsbury Hill, seguida de Sledgehammer. Se oyeron Red Rain, Secret World, Digging in the dirt, In your eyes y más. Aunque el señor ya se ve entrado en años, se entrega. Aún grita. Aún baila. El juego coqueto con sus músicos no faltó. En plena Secret World él y sus viejos amigos se colocan en el centro y siguen una coreografía chistosona. Si mal no recuerdo cerró con Biko.

Creo que fueron dos horas, no recuerdo bien. Lo que haya durado, fue una cosa especial. Aquel fue un concierto especial.

lunes, 4 de mayo de 2009

Recuento musical 3: Radiohead

Llego dos horas después de que empezaron a venderse los boletos y ya no hay. Se abrió una nueva fecha y compré dos boletos. Era noviembre y ya teníamos una cita con Radiohead para marzo.

Domingo 15 de marzo de 2009. Ahí estamos. Malèna y yo listos para recibir la potente carga musical de los ingleses. Y aquello estuvo de miedo... Simplemente espectacular. Un sonido impresionante (podrías cerrar los ojos y sentir que flotabas). Cada rasgueo, cada nota, cada palabra pronunciada, cada baquetazo, cada suspiro. Todo se percibía. Tal vez estoy exagerando, pero se oía muy bien. Y la voz de York. Uff, un largo lamento. Alguien que sabe me habló de que el cantante puede lograr notas complicadas. Yo que sé. En mi memoria se queda una voz diferente, penetrante, escalofriante. ¿Y cómo se despiden? Es una canción de OK Computer o Kid A, no estoy seguro. La cosa es que en algún momento todos los músicos se fueron y nos dejaron un buen rato solos, escuchando algo que parecía un eco interminable, mientras luces rojas seguían parpadeando en el escenario. Ahí estábamos todos, hipnotizados. De repente, la música termina y una agresiva luz blanca nos hace despertar.

No importa que no tocaran Creep. Pero hubiera agradecido mucho Karma Police.

Recuento musical 2: Mujeres Mexicanas. Cantantes Asesinas

Caminando por la Ciudad de México, pasamos frente al Teatro Metropólitan para encontrarnos con que aquel domingo se presentarían juntas Regina Orozco, Astrid Hadad y Eugenia León. Aunque no soy gran fan de ninguna de las tres, nos aventamos y en los días siguientes concertamos la cita con aquellas señoronas.

Domingo 1 de marzo de 2009. Nada mal el concierto. Empieza Regina Orozco. Gigantesca. Monumental voz. Igual la usó para óperas italianas como para las guarradas más espectaculares de la noche. Realmente simpática la seño. Termina cantando algunas rolas de su nuevo disco, La Megabizcocho. Sin duda, la voz más potente de la noche. Concluye y le da paso a otra gran personalidad: Astrid Hadad. Igual de pelada aunque con un estilo más refinado. Magnífica, mi favorita. No faltaron los chistoretes políticos. ¡Y se acordó de los que estábamos hasta el fondo del teatro! Bastante simpáticos sus vestidos. Buen espectáculo. Y finalmente, Eugenia León. Tremendamente elegante. Tanta fineza que aburrió. Ni modo, las otras dos eran tan escándalosas que el cambio me dio para abajo. Igual la disfruté. Su voz increíblemente educada, llena de deliciosos matices. Para cerrar, se avientan juntas unas cuantas rolitas, la León seria, Astrid coqueta (con un fantástico vestido que parecía pastel de Sanborns) y Regina simplemente diciendo guarradas y medio recomponiendo las canciones al tiempo. Seguramente para los fans aquel fue un grandioso espectáculo. Para mi, estuvo bastante bien.

jueves, 30 de abril de 2009

Recuento musical 1: Yes

En algún momento del año pasado los señores de Los Fabulosos Cadillacs decidieron reunirse y, entre muchos otros lugares, estuvieron en el DF. En estos momentos (desde aquellos) estoy en La primavera, a una hora de la Ciudad de México. Y así comienza el trauma. Tal vez debido a la intensidad del semestre o simplemente por miserable, no fui a verlos. Mejor Malèna viajó desde La frontera hasta Monterrey para verlos que yo aquí nomás al distrito. No me lo pude perdonar. Después de esto, me prometí no dejar pasar un concierto más en lo que podría ser mi último semestre en La primavera. Y en lo posible, así fue. Por alguna maléfica razón, ¡este primer semestre del 2009 hubo un montón de conciertos! Y fui fiel a mi promesa. Lo que quise ver y vi fue: Yes, Regina Orozco, Astrid Hadad y Eugenia León (juntas), Radiohead, Peter Gabriel y LFC. Me pareció bueno cerrar con aquello que había iniciado este pesar.

Jueves 5 de febrero de 2009: En mis tardíos acercamientos a la música, no tardé mucho en enamorarme del sonido hipnotizante (¡que viva la mariguana!) de Pink Floyd. Después, casi mágicamente, el rock progresivo se fue apareciendo. Y así llegó un buen día a mis manos el The Yes Album y de ahí pa’l real. Entiéndanse entonces mis expectativas hacia el concierto de una de las legendarias bandas inglesas del progresivo, con su In the Present Tour. Llegué a la cita en el Teatro Metropólitan con unos auténticos fans del rock progresivo. Por ellos me entero de bandas como Esperanto, Il Balleto di Bronzo, Banco, Premiata Forneria Marconi, Rovescio della Medaglia. Puro chingón. Pasadas la 9 el concierto empieza. No recuerdo con cual pero le siguió I’ve seen all good people. Y el concierto siguió. A mi parecer, el momento culminante se dio con Close to the edge. Magnífica. Cierran con Starship Trooper. Para el encore tocan un par más para finalmente despedirse con Roundabout.

Detalles técnicos. Yes tiene un claro distintivo: la voz de Jon Anderson. No estuvo presente. Parece que estaba enfermo y, según declaraciones a Rolling Stone, el resto de la banda no quiso esperar a que estuviera mejor. Tampoco estuvo el tecladista. En sus lugares, Benoit David y Oliver Wakeman (hijo de Rick Wakeman), respectivamente. Mi oido no me permite distinguir al tecladista original del nuevo. Pero hay una diferencia notable en las voces. El joven Benoit cumple. Su voz es bastante cercana a la de Anderson aunque no basta. La de Jon Anderson es una voz meláncolica, conmovedora. Además, Anderson tiene un encanto muy particular, aun cuando no está cantando. Es sonriente, juguetón y medio afeminado. En cambio el joven David se mostró tímido (aunque lo de medio afeminado lo lograba). Se entiende, con tremendos tipazos a su lado, seguro intimidan. Por otro lado, me di cuenta de que no conozco muchos discos de Yes. Disfruté las canciones en vivo pero fueron pocas las que realmente pude cantar con ellos. Tacha. Como sea, así pasó. Aquella fue una excelente noche al lado de Steve Howe, Chris Squire, Alan White y los jóvenes sustitutos. Desde entonces, he vuelto a escuchar a Yes. Hacía tiempo que no los oía y ahora he vuelto a disfrutar obsesivamente algunas canciones. Viejos rockeros, viejos cómplices.

El Continental infinito

Malèna (¡tú, Ella, prácticamente Monica Belucci!) y yo. Frente a frente. Nos repartimos seis naipes y empezamos. La meta será hacer dos tercias. Fácil, ¿no? Alguno lo logra (¿quién?). El siguiente paso: siete cartas. Ahora intentamos conseguir una tercia y una corrida. La primera evidentemente de tres cartas, la segunda de cuatro. Alguno lo logra. Ocho cartas: dos corridas. Nueve cartas: tres tercias. Malèna me enseñó a jugar hasta juntar doce cartas, es decir, tres corridas (¿o cuatro tercias?, da lo mismo). Cuenta que ella llegó a jugar con sus primos hasta tener veinte naipes (o sea, ¡cinco corridas!). Y a esto lo llama El Continental. Bastante entretenido el jueguito. Y la última partida, sin "bajarse".

Surge inmediatamente la pregunta: ¿hasta que número podríamos jugar? En tiempos de epidemias como en los que estamos, necesitamos una buena manera de pasar el tiempo, así que me aventuro a contestar la pregunta con miras a jugar indefinidamente, o al menos hasta que podamos nuevamente salir a la superficie terrestre.

Replanteo la pregunta: ¿hasta qué número podríamos jugar teniendo en cuenta que ese número debe ser suma de 3 y 4? Por ejemplo, el 2,287,936. Suponiendo que tuviéramos manos gigantescas que pudieran sostener esa cantidad de cartas, ¿será cierto que podemos bajarlas todas haciendo únicamente tercias y corridas? Esta pregunta es bastante sencilla de contestar. Una pregunta más general sería: ¿Bajo qué condiciones dos números a y b son tales que cualquier número a partir de alguno es realizable como suma de a y b? Esa pregunta me la dejo de tarea. En un primer intento sólo logré resolver algunos casos, como a=3, b=4.

Es muy fácil. No es la respuesta más elegante pero funciona. Nótese primero que del 10 al 20 es posible (de otra forma Malèna y sus primitos estaban haciendo trampa). Ahí va la lista:

10=2x3+1x4
11=1x3+2x4
12=0x3+3x4
13=3x3+1x4
14=2x3+2x4
15=5x3+0x4
16=0x3+4x4
17=3x3+2x4
18=6x3+0x4
19=1x3+4x4
20=2x10=2x(2x3+1x4)=4x3+2x4

¡Y listo! Hay que notar que el veinte fue hacer dos veces lo que se hizo con el 10. ¿El 21? Ah, pues hacer lo del 10 y lo del 11, esto da 21. Así logramos la decena 20 al 29. Con esta nueva decena se hace la decena siguiente. Con lo del 10 y 20 se hace el 30, 11 y 20 hacen 31, y así sucesivamente hasta el 39. Usamos esta nueva decena y logramos la decena 40 al 49. Siguiendo de esta manera, de 10 en 10 llegas a cualquier número. Llegar al 2,287,936 tomará algo de tiempo pero eventualmente se logrará. Hago un esfuerzo mental y me doy cuenta de que 2,287,936=124,896x3+478,312x4. ¡Uff, ciento veinticuatro mil ochocientos noventa y seis tercias y cuatrocientos setenta y ocho mil trescientas doce corridas!

Ahí tenemos. Ahora podemos jugar un continental infinito teniendo la certeza de que no nos llevaremos una sorpresa. Esto además se puede convertir en una variante de la última petición del condenado. En vez de la canción de los elefantes, un continental.

miércoles, 29 de abril de 2009

Un capítulo de Pancho Villa, una escena de Felipe Ángeles.

De unas semanas para acá he estado fascinado con la lectura de la biografía narrativa de Paco Ignacio Taibo II sobre Pancho Villa. Estamos en 1914, Villa y la División del Norte han logrado tomar Torreón, Saltillo y pretenden avanzar sobre Zacatecas. El capítulo 33, titulado Telegrafiando, me hace hurgar en la memoria para encontrarme felizmente con una escena en el montaje de Felipe Ángeles, obra de Elena Garro, adaptada por Luis de Tavira (entre otros) y dirigida por él mismo. La escena a la que me refiero cuenta una reunión de algunos generales de la División del Norte en la que se entrevistan telegráficamente con Venustiano Carranza, los primeros en Torreón, el segundo en Saltillo. ¿Cuáles generales? No lo recuerdo completamente. Había varios: Felipe Ángeles, Maclovio Herrera, Pancho Villa y estoy seguro que otros, tal vez Toribio Ortega. Y claro, el telegrafista. Precisamente de esto trata el capítulo 33, de dicha reunión.

En una escena de unos cuantos minutos, se muestra a un Pancho Villa llorando desconsolado por sus conflictos con Carranza, sus generales enchilados por la decisión de éste de remover a Villa del mando en jefe de la División del Norte, mientras Felipe Ángeles los mira y reflexiona. Escena acalorada, llena de movimiento, gritos, insultos (Maclovio Herrera ordena al telegrafista enviar el siguiente mensaje: "Señor Carranza: Me entero de su comportamiento para con mi general Villa. Es usted un hijo de puta. Maclovio Herrera"). Y pese a todo, tenía un toque cómico. No sé si esa era la intención del director. Probablemente los actores se apropiaron de la escena y la convirtieron en una fiesta. Aquello era realmente divertido. Recuerdo verla tras bambalinas acompañado de varios actores, la escena nos divertía incluso a los que participábamos. La escena terminaba con un último mensaje de Felipe Ángeles avisando que se iban a tomar Zacatecas mientras la escenografía giraba para mostrarnos a un espléndidamente caracterizado Venustiano Carranza, que hacía un gesto de desaprobación. En esta escena participaban los actores (¡ah, no recuerdo a todos!) Rodolfo Guerrero, Javier Robles, Manuel Chavez, Mauricio Ugalde, Joaquín Cosío, Horacio Ortega...

Por el contrario, el capítulo 33, obedeciendo al rigor histórico, es menos festivo aunque igualmente intenso. Nos encontramos a un Villa enfurecido, echando pestes, hablando de "colgar a ese viejo y a sus achichincles" y sin lágrimas (aunque como cuentan que era Villa, probablemente hubiera llorado, Taibo II no dice nada al respecto). Inicialmente la entrevista es entre Villa y Carranza. En un momento, Pancho (a secas, como de repente lo llama Taibo II) decide renunciar al mando de la división, llama a Felipe Ángeles y después se convoca al resto de los generales (por cierto, Maclovio Herrera no estaba en Torreón en ese momento, cuando se entera escribe el famoso mensaje que Paco Ignacio reproduce como "Señor Carranza: me entero de su comportamiento para mi general Francisco Villa. Es usted un hijo de mala mujer. Maclovio Herrera"). El autor concluye el capítulo con un comentario sobre la teoría de que Felipe Ángeles influyó en Villa para llegar a esta ruptura con Carranza. Según él, es una teoría que "no se sustenta en ninguna documentación, testimonio, carta o lo que sea".

Con todo esto, tenemos dos maneras de abordar un pequeño pasaje de la revolución mexicana. Ambas con un encanto bastante especial (el estilo narrativo de la biografía la convierte en una delicia para el lector). Si así nos enseñaran la historia, otra cosa sería.