domingo, 29 de noviembre de 2009

10 kilómetros

Mientras escucho el Beatles for Sale al tiempo que me termino una botella de vino tinto que mi compañera Ensalada me regalo en mi cumpleaños, dejo mis actividades para escribir sobre mis más recientes logros deportivos.

Desde hace años la bicicleta y las carreras de 10 kilómetros (y últimamente el futbol) han sido los deportes que practico con cierta regularidad. La bicicleta tiene su historia tanto como el futbol. Pero ahora quiero escribir sobre las últimas dos carreras de 10 kilómetros en las que participé.

Todo empezó con la Carrera de la Amistad en La Frontera. Hace ya varios años de la primera vez que participé. Entonces, siendo un corredor con juventud más que preparación física, terminé en 42 minutos. No he logrado batir mi propio record. He corrido otras 3 carreras y nomás no bajo de 45 minutos. Este año corrí en Yaute y en El Chilango. La de Yaute estuvo muy bien. No sólo corrí muy bien sino que al final, las señoras de la colonia que organiza la carrera en Yautepec nos deleitaron con una comida que incluía chicharrón, frijoles, mole, arroz y más. El buen y lesionado Papasquiaro me acompañó en aquella ocasión.


La ya citada compañera Ensalada me había hablado del Pumathón: 10 kilómetros dentro del circuito universitario en CU que concluían con una vuelta en el Estadio Olímpico de la UNAM (¡mi escuelita!). Además es una carrera exclusiva para gente de la UNAM: estudiantes, prepas incorporadas, trabajadores, maestros. Así que nos aplicamos. Yo estuve entrenando en el Estadio Milenario y antes de la carrera debo decir que logré estar en mi mejor momento. Desafortunadamente, ya en la carrera empecé muy atrás y perdí mucho tiempo rebasando gente así que no logré mejorar mi tiempo. Por otro lado, siempre había corrido en circuitos planos y el del Pumathón incluía subidas y bajadas (¡ah, infernal subida la del km. 8!). Pero aun así terminé y muy bien.


Domingo 22 de noviembre: siete mil universitarios disfrutando de una fresca mañana recorriendo CU (por cierto, ahí y por primera vez canté el "Goooya, Goooya, Cachún Cachún Ra Ra, Cachún Cachún Ra Ra, ¡UNIVERSIDAD!"). Entre estos siete mil, mis amigos: el Piggy Boy, Smith y el Terrorista Marroquí.


Después de aquello, Tres Marías nos recibió con una deliciosa birria, una Negra Modelo y unas quesadillas. Una extraordinaria jornada.

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