miércoles, 11 de enero de 2012

Amélie soy yo

Amélie cuenta que cuando era niña el contacto físico con su padre se limitaba a los breves y ocasionales chequeos del corazón que el padre, que era médico, le hacía. El corazón de la niña latía con fuerza y rapidez por la emoción que significaba tener ese tan anhelado contacto. Debido a esto, el médico siempre pensó que su pequeña hija tenía un problema en el corazón. 

En Tu Lus, yo soy la niña, mis compañeros franceses en el instituto son el padre y el deseo de contacto físico representa el deseo de contacto verbal: es tan escaso que cuando sucede me pongo muy nervioso, hablo muy mal, no entiendo nada y todo termina muy rápido. 

¿Qué hacer?

2 comentarios:

  1. Entiendo completamente ese sentimiento. Yo lo vivi aqui durante tres meses. Al final encontre dos herramientas que cambiaron la situacion, una fue dar un seminario y la otra fue jugar futbol con mis compañeros.

    Despues de eso siguio costando trabajo por el idioma (y sigue costando, aunque ha mejorado), el acento (el mio cada dia mas mancuniano), pero a veces hay que agarmarse de valor y decirles estoy aqui... Ahora me siento parte de este departamento.

    Y lo mas importante, ya voy con ellos al Pub.

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  2. Ese mi chilaquil!

    Pos ora si que gracias por tus consejos. La cosa es que ya juego futbol (pero con vietnamitas) y ya hable en el seminario de estudiantes. Me hicieron caso un par de dias y despues... Y de irse a emborrachar con ellos, mmm, ahi pa' l'otra vida! Ni pex, asi es la banda en el instituto. Y creeme que lo he intentado pero simplemente no sucede nada.

    Ni hablar. Lo unico que realmente lamento de todo esto es que mi frances se quedara a un nivel bastante rustico...

    Abrazos!

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