domingo, 30 de septiembre de 2012

L'enfant de sable

L'enfant que tu mettras au monde sera un mâle, ce sera un homme, il s'appellera Ahmed même si c'est une fille !
(¡La criatura que traerás al mundo será un varón, un hombre, se llamará Ahmed incluso si es una niña!).
-Tahar Ben Jelloun

El libro y el separador
  
Con motivo del viaje a Marruecos pensé que era buena idea conseguirme una lectura de algún autor marroquí para intentar disfrutar un poco de literatura magrebí precisamente en tierras magrebíes. Buscando por aquí y por allá me encontré con Tahar Ben Jelloun, escritor marroquí nacido nada menos que en Fès. Justo lo que necesitaba.

En una plaza de Marrakech, se narra la historia de Ahmed, octava hija de una pareja que, hundida en la desesperación por no tener varones, decide educar a su última hija como si fuera un hombre. La premisa atrapa y revela de golpe una cultura donde la mujer está resignada a recibir órdenes y obedecer. Ahmed, con plena conciencia de su feminidad pero continuando con la farsa que le ha sido impuesta, dice:

C'est vrai ! Dans cette famille les femmes s'enroulent dans un linceul de silence..., elles obéissent..., mes soeurs obéissent; toi, tu te tais et moi j'ordonne ! Les filles, elles sont là, vont et viennent, rasant les murs, attendant le mari providentiel..., quelle misère !
(¡Es verdad! ¡En esta familia las mujeres se envuelven en un manto de silencio..., obedecen..., mis hermanas obedecen; tú te callas y yo ordeno! Mis hermanas están ahí, van y vienen, rozando los muros, esperando al marido providencial..., ¡qué miseria!).

Al principio es el narrador de la plaza de Marrakech el que cuenta la historia. Su relato se mezcla con la lectura de un diario en el que Ahmed volcó todos sus secretos, sus crisis y donde describe la profunda tristeza en la que desemboca una negación permanente de su verdadero ser. Después, el narrador desaparece. La historia es retomada por diversos personajes que cuentan cada uno su versión (entre ellos, al parecer, el mismo Ahmed, reconvertido en la mujer que estaba destinado a ser). Hacia el final de la novela, el narrador original vuelve a aparecer y anuncia las terribles penurias que sufrió por haber contado una historia que debía permanecer secreta. Del diario sólo quedan algunos fragmentos.

La de Ahmed es una historia que no concluirá.

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