domingo, 13 de abril de 2014

Inglaterra: Londres - Manchester - LIVERPOOL

En la caverna de Liverpool (agosto 2013)
Mi vida musical empezó tarde pero empezó bien. El primer cassette que compré en mi vida fue un cassette de éxitos de The Beatles. En aquel momento, sin saberlo, empezaba a prepararme para un evento que habría de suceder en The Cavern, muchos años después. The Cavern, ahí donde cincuenta años antes empezaba una leyenda.

Después de dejar tristemente Manchester, dirigí mis pasos a Liverpool. Sin muchas ganas, francamente. La perspectiva de volver al viaje solitario no me emocionaba demasiado. Y así llegué a Liverpool. Lo primero que hice fue lanzarme al museo de The Beatles. Bastante chafa. Para los fans no aporta nada nuevo. Y yo soy fan. Busqué mi hotel y tomé algunas fotos en el camino. La ciudad está impregnada de The Beatles, no tardé mucho en encontrar muros con motivos beatleros (o sus consecuencias naturales): Just give peace a chance. Llegué al hostal, dejé mis cosas y sin muchas ganas me lancé a la calle. Comí algo mientras escuchaba a una banda que tocaba en una plaza. No lo sabía pero estaba cerca del lugar. El lugar. 


Nuestros antepasados vieron un águila devorando una serpiente. Para mi la señal fue un grupo de cuatro japoneses en trajes negros tomándose fotos con turistas. Me acerqué y vi un letrero anunciando bandas de todo el mundo rindiendo homenaje a la legendaria banda que causó sensación en esas mismas calles cincuenta años atrás. Eran las seis de la tarde.


Entré a The Cavern. Mientras bajaba unas escaleras la temperatura aumentaba y el ruido también. Oscuridad. Un largo pasillo con un techo como una parabóla multiplicada por una recta real, infinita. Y al fondo, cuatro tipos en traje: dos guitarristas, un baterista y un bajista zurdo. ¿Dónde estaba? ¿Era real todo aquello? ¿Qué estaban tocando? No recuerdo. Caminé de un lado a otro tratando de encontrarle algún sentido a todo aquello. Muchos años antes había comprado un cassette de The Beatles. Muchos años después estaba ahí, con ellos.

Seis horas después salí del lugar. Salí porque se me acabó el dinero. La última cerveza la pagó mi bolsillo ayudado del generoso bolsillo de alguien más. 


En The Cavern John Lennon es brasileño, Paul McCartney es una mujer, George Harrison canta con acento chilango, Ringo Star es moreno y tiene el cabello lacio amarrado en una cola de caballo. Tal vez no son los verdaderos The Beatles pero la idea es esa. 

La cereza en el pastel: Above us only sky...


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